Los globos de Biden

Como si no hubiese suficientes motivos de preocupación en este mundo de hoy, con la guerra en el este de Europa, los estragos del cambio climático y fenómenos naturales catastróficos, Estados Unidos agregó un nuevo elemento de tensión en el tema de los globos, que desataron ya una pequeña histeria.

Todo comenzó cuando detectaron a finales de enero uno de estos artefactos cuando sobrevolaba por territorio estadounidense y el cuatro de febrero un avión de guerra lo derribó, supuestamente porque se trataba de un objeto espía enviado por China.

Beijing nunca negó ni la existencia ni la propiedad sobre el globo que estaba, así lo aseguraron, realizando tareas de investigación meteorológica y no tenía absolutamente ninguna finalidad militar o de inteligencia.

La historia, y la histeria, crecieron cuando el 10 de febrero abatieron otro objeto en las costas de Alaska y un día más tarde la historia se repitió, pero ahora en el espacio aéreo de Canadá, aunque el derribo también lo hizo un avión de la fuerza aérea estadounidense.

El domingo reciente el jefe de la Casa Blanca, Joseph Biden, ordenó destruir “por precaución” un objeto no identificado sobre las aguas del lago Hurón.

Hasta el momento no se ha encontrado entre los restos un solo elemento que justifique alguna acusación de espionaje y, es más, de los últimos tres artefactos no hay evidencia  que sean propiedad del gigante asiático, pero los medios de prensa occidentales no paran de hablar de los “globos chinos”.

 La misma subsecretaria de Defensa para la seguridad nacional de Estados Unidos, Melissa Dalton, dijo que organismos de investigación públicos y privados lanzan sus propios artefactos a la atmósfera a grandes altitudes.

Pero también Washington es muy amigo de utilizar con fines diversos ese tipo de aparatos y así lo confirmó el vocero de Exteriores de China, Wang Wenbin.

“Sólo el último año, globos estadounidenses de gran altitud han sobrevolado el espacio aéreo chino más de diez veces sin la aprobación de las autoridades chinas pertinentes”, aseguró el funcionario en conferencia de prensa.

Así pues, resulta evidente que el origen de toda la algarabía en las últimas dos semanas obedece más a factores o intereses políticos.

Washington aprovechó la circunstancia para suspender la visita a Beijing de su secretario de Estado, Antony  Blinken, que tenía como objetivo romper el hielo y mejorar las relaciones bilaterales.

De paso, se aprovecha para presentar a China como una amenaza a la paz mundial, papel que en realidad ejerce el imperio norteño.

Publicado Por: Guillermo Alvarado

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