Mano a mano, entre las orquestas Aragón y Failde

La Orquesta Aragón, Premio Grammy Latino (2020-2021), y Mención al Premio Latino de la Música (2022), dirigida por el maestro Rafael Lay Bravo, y la Orquesta Failde, jerarquizada por el flautista Ethiel Failde, sostuvieron un «mano a mano», en el contexto del V Festival Internacional del Danzón «Miguel Failde, In Memoriam», que tiene lugar en la ciudad de Matanzas, y dedicado a evocar la sagrada memoria del maestro Richard Egües (1923-2006), Premio Nacional de Música, y eterno flautista de la Charanga Eterna, en el centenario de su natalicio.

En ese contexto, donde la única protagonista fue la música popular bailable genuinamente cubana (no la que nos quieren imponer como tal, y no lo es ni nunca lo será), esas dos emblemáticas agrupaciones presentaron sus cartas credenciales en el orbe sonoro caribeño y universal.

«Si tú escuchas un son sabrosón […], ponle el cuño es Aragón […]. Si tú escuchas un rico danzón […], ponle el cuño es Aragón». Desde que, en la «Atenas de Cuba», se escucharon los acordes del tema musical que identifica a los «estilistas del cha, cha, cha», los amantes del danzón, Patrimonio Cultural de la Nación, hicieron vibrar de emoción a los bailadores de ese criollo ritmo, que nació, creció y se consolidó en la urbe yumurina.

El ritmo que caracteriza a la que «llegó y triunfó» comienza ligero y las bien acopladas voces que integran el coro están presentes, con la letra romántica o pintoresca, escrita por el compositor, y signada por el aliento poético (en el caso de un bolero) o por el «gracejo criollo» (si se trata de un cha, cha, cha, un son montuno o un danzón), pero sin la más mínima concesión a la chabacanería, el mal gusto o el irrespeto a mujeres y hombres.

Por lo tanto, a la Orquesta Aragón la distingue una verdadera «magia sonora», que hace inconfundible su estilo, y es el resultado de las caricias melódicas que el maestro Rafael Lay Apesteguía (1927-1982), quien la dirigió hasta su lamentable deceso, les hacía a las cuerdas de su violín; caricias extrapoladas —con posterioridad— a los demás instrumentos que configuran el formato charanguero, al que no ha renunciado ni renunciará. Al final de cada número, incluido en el repertorio clásico y actual de la agrupación ícono de la música popular bailable cubana, los ingeniosos estribillos, secundados por el acompañamiento sincronizado de los 5 violines, el piano, el bajo y la percusión (tumbadora, paila y güiro). Así como los magistrales floreos con la flauta, que recuerdan la presencia espiritual del maestro Richard Egües, refuerzan — ¡y con qué solidez!— la interpretación…, que se torna única e irrepetible.

Cada integrante de la Orquesta Aragón sabe lo que tiene que hacer para llenar de buena música un teatro, un estudio de grabación, las ondas hertzianas, la pequeña pantalla o un salón de baile. E impregnar de alegría y musicalidad la mente y el alma de sus fieles admiradores, entre los que hay personas de la tercera edad, pero también jóvenes y adolescentes de los dos sexos que bailan al compás de los acordes musicales de la «Orquesta de Casa», como la denominara el veterano locutor Eduardo Rosillo (1927-2014), Premio Nacional de Radio 

Cuando esa prestigiosa institución cultural, paradigma de la música popular bailable cubana, interpreta, por ejemplo, los danzones Unión Cienfueguera y La Reina Isabel, el bolero Nosotros, o los «cha, cha, cha» Pare Cochero Sabrosona, entre otros, es la misma Orquesta Aragón de ayer, de hoy y de siempre.

Y qué decir de la Orquesta Failde, que está cumpliendo una década de fundada en la ciudad de Matanzas, ha revitalizado el danzón y lo ha acercado no solo a los jóvenes instrumentistas que ha incorporado a la troupe que encabeza Ethiel Failde, sino también a los más jóvenes bailadores (niños, adolescentes), así como también a los menos jóvenes que aman ese género musical y no lo dejan caer en las «oscuras manos del olvido».

Los músicos de la Failde perciben el danzón como género matriz y el trabajo de la orquesta se focaliza en cómo los músicos enfrentan ese género, y lo impregnan de vitalidad y dinamismo. Ese es el sello que la identifica: jóvenes que ven el danzón desde la visualidad, la puesta en escena y hasta el sonido de la agrupación. Les interesa esa contemporaneidad en el danzón sin traicionar las esencias que lo sustentan. El danzón tiene la particularidad de ser un género híbrido y dúctil. Esas características lo mantienen «vivo» a más de siglo y medio de haber sido creado por el maestro Miguel Failde (1852-1921).

El danzón es, para esos intérpretes, muestra de identidad nacional, es un grito, un deseo de independencia, de demostrar lo criollo y lo cubano […]. Un género que continúa vigente en el gusto popular a más de 150 años de su creación, que ha sabido mantener el frescor y la cubanía, y que ha traspasado fronteras geográfico-culturales para crecer y seguir siendo auténticamente cubano.

Desde las plazas de la «Atenas de Cuba», así lo demostraron —con creces— los miembros de la Orquesta Failde en el fraternal «mano a mano» que establecieron con la emblemática Orquesta Aragón, y que hizo mover el cuerpo y el alma a los danzoneros que se dieron cita en la ciudad de Matanzas.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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