María del Carmen González Rivero: la bibliotecología y el periodismo son las dos caras de una misma moneda

«Si buscas algo distinto, no hagas siempre lo mismo». Con apoyo en ese aforismo del sabio Albert Einstein, Premio Nobel de Física, he decidido presentar a la Dra. Sc. María del Carmen González Rivero, jefa de departamento de la Biblioteca Médica Nacional (BMN).

Mi interlocutora es licenciada en Información Científica y Bibliotecología por la Universidad de La Habana, diplomada en Gestión de Información de Salud, y Doctora en Ciencias por una universidad hispana. Desempeña —entre otras— la función de editora principal de la revista electrónica Horizontes del Bibliotecario y del Sitio Web de la BMN. 

Desde hace algún tiempo, concluyó un Diplomado en Periodismo Digital en el Instituto Internacional de Periodismo «José Martí» y defendió como trabajo de terminación de curso una «entrevista» que le hiciera al eminente músico y compositor inglés John Lennon (1940-1980); ejercicio académico devenido lección magistral de imaginación creadora, que le valió la máxima calificación, así como las más cálidas felicitaciones por parte de los miembros del tribunal que la examinó.

Ahora, los dejo con la doctora María del Carmen González Rivero, para que hable de sus dos grandes pasiones: la bibliotecología y el periodismo; profesiones que percibe como fuente nutricia de ética, humanismo y espiritualidad:

¿Qué es para usted el periodismo, y concretamente, el periodismo digital?

Periodismo para mi es utilizar palabra y razón, en bien de la mente y el alma del ser humano, despertar la visión de la gente y crear opiniones, es estar comprometido con la verdad. Hoy las nuevas tecnologías continúan provocando significativos cambios en el periodismo. Así, las transmisiones televisivas a través de satélite, por ejemplo, permiten a los telespectadores asistir en directo a acontecimientos que están teniendo lugar en otras partes remotas del planeta. Los periodistas pueden consultar en sus computadoras casi al instante enormes cantidades de información que en otras épocas les habría llevado días o semanas recopilar.

Uno de los fenómenos periodísticos más importantes de los últimos años es la consulta de prensa vía Internet. Muchos periodistas acuden todos los días a su cita diaria con una página Web a la que se puede acceder desde todo el mundo. Se está haciendo Periodismo Digital, para eso hay que ver qué entendemos por cultura digital o cibercultura. Son conceptos bastante amplios, pueden significar muchas cosas. Es evidente, que la tecnología digital se está infiltrando en la vida cotidiana. La idea de que lo digital es una máquina blanca con un par de cables, una impresora y un teclado, va a desaparecer. Yo creo que ese es un cambio muy grande, similar al renacimiento o a la revolución industrial, pero mucho más acelerado. Si nosotros comparamos los tiempos de discusión del ferrocarril o de las máquinas de vapor con los últimos diez años, es impresionante lo que está sucediendo. Y el periodismo está bañado también por esa «ola digital», que trae obligados cambios en emisores y receptores.

¿Cuál fue la motivación fundamental que la decidió a cursar el diplomado en Periodismo Digital?

Era un sueño por realizar ese deseo, pasaron unos cuantos años, pero el día llegó, estudié Información Científica y Bibliotecología, me doctoré en Ciencias en una universidad española, sin saber lo cerca que estaba del periodismo, motivada por la obligada y constante superación que imponen los tiempos actuales. Infomed —institución a la cual pertenezco— me dio esa oportunidad, yo sabía que era un salto importante en mi labor como Bibliotecaria ante un mundo que digitaliza la información por segundos, y un usuario que necesita la información sintetizada, en el menor tiempo posible. Las técnicas ya están creadas, solo falta el profesional de la información que las sepa utilizar.

¿Cómo explica la relación bibliotecología-periodismo digital e integra esas disciplinas a su quehacer profesional?

Precisamente mi quehacer como bibliotecaria me hizo descubrir la estrecha relación entre esas dos profesiones, ya que bibliotecología y periodismo son las dos caras de una misma moneda.

Para desempeñar sus funciones, el bibliotecario debe desarrollar habilidades, como la entrevista al usuario, investigar, diseñar métodos de efectividad de la información, tener un nivel de actualización para desarrollar las funciones de la biblioteca en consonancia con los cambios sociales continuos. Trabajar con los resultados teóricos de los disímiles métodos aplicados por los servicios informativos, para obtener los productos que utilizan y satisfacer distintas demandas informativas. Muchos bibliotecarios realizamos esas actividades diariamente, y sumamos a todo ello la tecnología con las posibilidades de Internet, entonces estamos muy cerca de estar haciendo periodismo digital; bibliotecarios y periodistas, quieren que la información tenga un destinatario, por el canal que sea, con un objetivo fijo: mostrar la realidad lo más cercana posible a lo que es. Bibliotecología y periodismo presentarán esa realidad con economía de recursos (dígase palabras), que habrá de vestir con lenguaje ameno y seductor en su afán de atrapar la atención del destinatario en permanente requerimiento de lecturas rápidas. Pero también debe ser objetivo y apegado a la realidad que ha construido. Es casi un acto de alquimia.

Como trabajo de terminación del diplomado en Periodismo Digital, usted decidió «entrevistar» al emblemático músico inglés John Lennon en el parque capitalino que lleva su ilustre nombre. ¿Qué cuenta pendiente tenía usted con el famoso «Chico de Liverpool» y por qué decidió saldarla a través de esa entrevista sui generis, devenida verdadero reto a la imaginación?

Algo presente siempre en mí es la imaginación: mis días transparentes siempre se ayudan con un retorno a mi niñez; etapa de mi vida en la cual esos juegos míos con las cosas constituían la sola justificación del futuro […] yo preciso dicha conexión como soporte, de vez en cuando necesito hallar esa soledad poblada. Inevitablemente repercute en mi ser, le digo, me otorga identidad, ya en mi infancia soñaba ser periodista, entonces escuché: «puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único». En ese momento, no tenía claro por qué lo decía, me gustó con la música que lo decía, con la poesía que lo decía, y a cuántos no les gustaba lo que decía, y muchos no entenderán nunca lo que decía, y los que estamos dispuestos a soñar buscaremos no tener cuentas pendientes. Yo quería que Lennon supiera de mí, tenía esa cuenta pendiente, ¿ya fue resuelta con mi entrevista?, está claro que no ha sido el único soñador, soñé hace mucho tiempo que era periodista, soñé hace mucho tiempo que me encontraba con Lennon, ese día llegó, él me esperó calmado en un parque de La Habana. Desde que lo vi supe que me esperaba […].

Me gusta la gente común, y el legado de John Lennon es haberle dado la máxima dignidad al hombre común. Sus contribuciones a la política y a la música, principalmente, es lo que mantiene vivo a John Lennon en quienes alguna vez escuchamos su música. Creo en la dignidad, en el respeto, y en las canciones que tienen sentido. Creo que Lennon animó a muchos jóvenes a expresar su opinión y decir lo que sentían. Creo que con él se extinguió un paradigma. La muerte de Lennon fue absurda, y cada día que pasa me parece aún más absurda. Cuando ese tipo de gente muere el paisaje cambia. ¿Sabe? Es como si desapareciera una montaña o un río se esfumara. Su música es eterna e insuperable. Era un adelantado a su época, y probablemente esté a muchos años luz de la nuestra también. Lennon estaba lleno de carisma, inteligencia y calidad musical. Musicalmente era fascinante, y el paso del tiempo lo ha demostrado con creces.

Entonces «puedes decir que soy un soñador pero no soy el único, espero que algún día te unas a nosotros y el mundo vivirá como uno» […] ¿cuenta pendiente con Lennon o con el mundo?

¿Algo que desee añadir para que no se le quede nada en el tintero?       

Claro que sí. Si los «pinos nuevos» escogieron el camino de la Bibliotecología y el Periodismo, es porque les gusta distribuir información. Si con la primera se logra enterar, instruir, y enseñar en los diversos dominios del conocimiento y la actividad humana, con una información periodística se difunde objetivamente —hasta donde pueda servirnos el término— hechos e ideas de interés general. Por lo tanto, las dos son un fenómeno social.

Los animo a seguir en esos dos campos, siempre tendrán trabajo, ya que no solo los números son infinitos, la información también lo es, de su formación como profesionales depende.

Los más jóvenes se preocupan porque dicen que no se puede hacer todo bien y que el que sabe escribir no sabe pararse ante una cámara. Opto por dar esa posible explicación: El bibliotecario y el periodista podrían ser uno solo. Y hay muchas herramientas (el manejo de la escritura, las imágenes y el audio). Ambos tenemos la obligación de saber usar con destreza todas y cada una de las herramientas. Tenemos un único capital que es la información y para hacerlo producir contamos con las herramientas. Cuantas más herramientas manejamos, más capital se acumula. El resultado es uno solo: información transmitida por diferentes medios.

Los jóvenes que estudian hoy se encuentran ante un mundo que estima que —en los próximos años— aproximadamente mil millones de personas estarán incorporadas a la sociedad virtual. Por su magnitud, la sociedad virtual hoy es ya planetaria, pero en apenas un lustro más incorporará a una cantidad de gente conectada entre sí, que interactúa de maneras que hoy solo es posible imaginar, como era imposible soñar hace apenas una década atrás. Lo que suceda con la sociedad virtual tendrá implicaciones para toda la humanidad, tanto la conectada cuanto la que quede al margen.

Ellos tienen la posibilidad de intervenir en la configuración de la sociedad futura. Si no lo hacemos (me cuento entre ellos), igualmente terminaremos incorporados, pero nuevamente de una forma subordinada: no como sujetos sino como objetos del proceso; como consumidores pasivos y no como productores activos; como «víctimas», en lugar de protagonistas. Soy una convencida de que —junto con muchos peligros— el despliegue de la sociedad virtual abre un conjunto de posibilidades. Si escogimos estar en esos campos depende de nosotros aprovechar las oportunidades que nos brindan […], el tiempo apremia. Según una aguda observación, los cambios en Internet son de tal magnitud que un año de su historia equivale a siete de los de cualquier otro medio.

Quiero decirles a esos jóvenes, lo mismo que les digo a mis hijos, que luchen por alcanzar su sueño, tendrán que estudiar mucho para llegar, el camino podrá estar lleno de sillas que inviten a parar, que podrán matar a un soñador, como hicieron con John Lennon, pero no podrán matar el sueño […] De ahí, el sentimiento de urgencia que el tema suscita.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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