Bolivia continúa este lunes en medio de protestas populares que exigen el fin de la violencia y reclaman nuevas elecciones en rechazo al gobierno de facto de la senadora Jeanine Áñez.
Ante cada ofensiva de las élites golpistas, el pueblo boliviano responde con gigantescas movilizaciones en las calles y la presencia en el país desde el sábado pasado de un enviado de Naciones Unidas que intenta pacificar la crisis social.
Soldados del Ejército boliviano, pertenecientes a la División de Infantería se unieron en las últimas horas al movimiento indígena en resistencia que marcha desde la localidad de Oruro rumbo a esta ciudad.
Igualmente hoy, manifestantes a favor del líder Evo Morales bloquearon una ruta a menos de un kilómetro de la planta de gas y combustible de Senkata en El Alto, para exigir la renuncia de la autoproclamada Áñez.
Los cabildos acordaron cercar la ciudad de El Alto, como forma de presión para poner fin al gobierno de facto, que mantiene a militares en el centro de la Plaza Murillo.
Como consecuencias de la situación política en Bolivia y debido al bloqueo de las rutas comerciales, hay reducción de la oferta de alimentos y gasolina, lo que provoca alza de precios y mercados vacíos.
Los diputados del Movimiento Al Socialismo (MAS), que tienen mayoría en la Asamblea, llamaron a la oposición a dialogar y hallar soluciones políticas para Bolivia.
El MAS calificó el decreto de la gobernante Añez, como ‘una licencia para matar’, pues exhime a los policías de responder ante la autoridad si abusa de su poder, al reprimir a los ciudadanos que protestan contra el golpe de Estado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó de al menos 23 personas muertas y 715 heridas desde el inicio de la crisis institucional y política en Bolivia.
Like (0)