Raíces: excelente espectáculo de Acosta Danza

Raíces, del multilaureado primer bailarín y coreógrafo Carlos Acosta, Premio Nacional de Danza 2011, es el título del espectáculo que la emblemática compañía Acosta Danza presentó en el legendario Teatro «Martí», y que incorporó coreografías que representan la evolución histórica de dicha agrupación insular.

El programa artístico mostró  Portal, coreografía de Juanjo Arqués, y Fauno, con coreografía de Sidi Larbi Cherkaoui, e inspirada en un clásico de la historia del ballet universal; Performance, creación coreográfica de la artista estadounidense Micaela Taylor, estrenada en el XXXVII Festival Internacional de Ballet de La Habana «Alicia Alonso», y en la que la danza contemporánea alterna con elementos del hip hop; el dúo Nosotros, de los jóvenes creadores Beatriz García y Raúl Reinoso, trata acerca de las luces y las sombras que irradia una relación erótico-sensual; y Alrededor no hay nada, con coreografía de Goyo Montero; obra que cuenta en su banda sonora con poemas de los vates Joaquín Sabina y Vinicius de Morais; poemas declamados en las voces de sus autores.

Para los fieles seguidores de Acosta Danza no constituye un «secreto» que los bailarines se caractericen —fundamentalmente— por su integralidad artístico-profesional, ya que se desenvuelven —con indiscutible calidad técnico-interpretativa— lo mismo en un ballet clásico, neoclásico o romántico, que en un ballet contemporáneo, que se mezcla con elementos de hip hop o con cualquier otro estilo danzario o género musical cubano o foráneo. No cabe duda alguna de que esos encantadores jóvenes están tocados por el «Ángel de la Jiribilla», al decir del eminente poeta, escritor y periodista José Lezama Lima (1910-1976), porque bailan al compás del amor a la danza y se entregan a ella en cuerpo, mente y alma.

Por otra parte, le aportan a su estilo inconfundible de danzar (muy de ellos; de eso no hay la más mínima duda) la dosis exacta de cubanía, de «sensualidad tropical» (sobre todo en Fauno), de proyección escénica, y de seguridad yoica, que los identifica en cualquier escenario nacional o extranjero.  

Los danzantes matizaron de una poética y una estética sui generis las obras llevadas al «Coliseo de las 100 Puertas», ya que dominan la técnica académica y la interpretación teatral en que se sustentan los cimientos esenciales del arte danzario en general, y de la danza contemporánea en particular. Por ende, flexibilizaron —con elegancia y precisión dignas del más cálido elogio— el esquema corporal, en estrecha correspondencia con los requerimientos coreográfico-dramatúrgicos que esas obras les exigen a los bailarines, quienes se distinguen —entre otras cosas— no solo por la sólida formación artístico-profesional que reciben en el seno de la compañía, así como por los valores éticos, estéticos, humanos y espirituales que han descubierto en Carlos Acosta, su excepcional maestro, en las clases, en la barra, en los ensayos, en el proscenio, así como fuera de esos contextos.

La gran fuerza expresiva, limpieza de movimientos e impactantes giros que singularizan a los miembros de la agrupación Acosta Danza suscitaron cerradas ovaciones por parte del auditorio y de los colegas de la prensa que cubrieron esas funciones de lujo.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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