Una representación de pueblo, junto a intelectuales, artistas y autoridades locales y de la oriental provincia de Granma rememoraron este miércoles la gloriosa quema de esta ciudad por sus moradores, hecho acaecido en igual fecha de 1869, considerado entre los más significativos de la historia de Cuba.
Cerca del sitio donde la tradición oral refiere que comenzó el incendio, en la otrora botica del licenciado Don Pedro Maceo Infante, sita en el entorno de la emblemática Plaza de la Revolución, los asistentes recordaron el acontecimiento con canciones, poesías, danza y expresiones de reafirmación patriótica.
Desde las primeras horas de aquella mañana ardía la urbe, y sobre ella revoloteaban palomas cuyos nidos estaban quemados, al tiempo que miles de mujeres, ancianos, jóvenes y guerreros mambises comenzaban el largo éxodo hacia la manigua, evocó el historiador Carlos Enrique Rodríguez Lora.
Tras 85 días de autonomía en la que fue primera capital de Cuba Libre, dijo, ese heroico acto redujo a cenizas a la hermosa y gran villa de Bayamo, una de las más ricas de la isla.
Con la difícil pero irrevocable decisión, los ciudadanos de entonces entregaron a las llamas no sólo una enorme cultura, sino todo su esfuerzo económico, trabajo y sacrificios, porque concedieron mayor importancia a la libertad y los principios, a los cuales nunca se renuncia, como nos enseñó el líder histórico de la Revolución Fidel Castro, subrayó.
Meses antes del suceso, el 20 de octubre de 1868, el victorioso pueblo bayamés le pedía y entonaba junto al patriota Pedro (Perucho) Figueredo la letra del que es hoy Himno Nacional, y cuyos versos convocan al combate, porque «morir por la Patria, es vivir».
Semejante gloria no podía traicionarse y así fue, pues aquí se ofrendó hasta la vida, y a 153 años del hecho ratificamos las ideas libertarias que preconizaron nuestros antecesores, guiados por Carlos Manuel de Céspedes, líder iniciador de las gestas independentistas de la nación, agregó Rodríguez Lora.
(Tomado de ACN)
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