El Ballet Lizt Alfonso es la primera agrupación danzaria que, después de varios meses de cuarentena, como consecuencia de la pandemia desencadenada por el nuevo Coronavirus, retorna a la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, los días 23, 24 y 25 de octubre, para festejar el aniversario 29 de la fundación de esa emblemática compañía.
El programa artístico incluye la reposición de fragmentos de los aplaudidos espectáculos Fuerza y compás, Alas, Elementos y Latidos, todos con coreografía de la primera bailarina y maître Lizt Alfonso, para beneplácito de los amantes nacionales y foráneos de dicha agrupación.
Constituye una verdadera fiesta para el espíritu disfrutar de las magistrales actuaciones de los bailarines, ya que combinan —con elegancia y naturalidad dignas del más cálido elogio— la técnica académica, la interpretación teatral y la espiritualización de esos dos indicadores sobre los cuales se estructura el estilo fusión, que identifica —desde hace más de dos décadas— a la compañía insular, y que consiste —básicamente— en mezclar con indiscutible perfección estético-artística los más disímiles géneros danzarios y ritmos locales e hispanos.
Por otra parte, los integrantes del Ballet Lizt Alfonso son legítimos exponentes de la acendrada cubanía que signa a la agrupación, en cualquier escenario nacional o extranjero, donde ha actuado y cosechado grandes éxitos de público y de crítica durante sus 29 años de fecunda vida artística.
Los bailarines dominan —con precisión y seguridad— los presupuestos teórico-prácticos en que se sustenta el estilo único e irrepetible de danzar que caracteriza a la compañía, y además, les aportan a esos ritmos «reyoyos», al decir del doctor Rogelio Martínez Furé, Premio Nacional de Literatura, la dosis exacta de virtuosismo técnico-interpretativo, gracejo criollo, y demás características psicológicas que configuran la personalidad básica de la población mestiza, que vive, ama, crea y sueña en la mayor isla de las Antillas, y que —según el sabio, don Fernando Ortiz (1881-1969)— deviene el resultado del «ajiaco» multi-étnico-cultural que nos distingue como nación y como pueblo.
El auditorio y los colegas de la prensa especializada que cubren esas funciones de lujo, pueden apreciar —con meridiana claridad— la excelencia artístico-profesional que singulariza a los danzantes, quienes celebran —por todo lo alto— el cumpleaños 29 del Ballet Lizt Alfonso. ¡Felicidades!
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