Reineris luchó su bronce “en un tobillo”

Obtener una medalla olímpica es harto difícil. En la lucha implica batallas a “muerte” durante seis minutos, varias veces en dos días. Ahora imagine hacerlo sin un tobillo, o mejor dicho, con un tobillo fracturado, el derecho.

Pues eso exactamente hizo el librista cubano Reineris Sala, quien adolorido y en el último día de su carrera deportiva se llevó una de las medallas de bronce de los 97 kg en los Juegos de la XXXII Olimpiada.

Sus rivales no sabían de la lesión y el dolor terminó camuflajeado en la recia figura del habanero. Se trazó una táctica que optimizara sus fuerzas y neutralizara las potencialidades de los contrarios. Hubo tensión y peligro hasta los finales, mas cayó la medalla.

Reineris, “gallo viejo” en estas lides, apostó en la disputa de bronce al cansancio de su rival, el azerí Sharif Sharifov, y le salió de maravillas.

En el primer período encajó una penalidad por pasividad (0-1) y otro punto al ser expulsado del colchón (0-2). En el complementario logró empatar la pizarra con una acción de pase atrás, pero en nada su oponente le volvió a sacar del tapiz y clavó un 3-2 de terror…

Entonces Reineris siguió el plan ideado de antemano: trabajar y trabajar, sin desespero, para agotar a su notable adversario, campeón olímpico de los 84 kg en Londres 2012 y bronce de los 86 kg en Río de Janeiro 2016, entre otros premios.

Entonces, en el momento exacto, apretó el acelerador y logró sacar a Sharifov del círculo de combate, con lo cual se puso delante por última acción (3-3) y solo le quedaba aguantar durante algo más de 30 segundos.

Esto último se escribe fácil, pero concretarlo a esas “alturas del juego” se antojaba complicado. Sin embargo, el euroasiático acumulaba mayor cansancio y no pudo mover al nuestro…

Salas se había impuesto el jueves en octavos y cuartos de final, frente al bielorruso Aliaksandr Hushtyn (4-3) y el macedonio Magomedgadji Nurov (6-4), respectivamente. Luego, en semifinales, no pudo contra el ruso Abdulrashid Sadulaev (4-0), a la postre campeón de la división por sobre el estadounidense Kyle Frederick Snyder.

El otro medallista de bronce fue también un cubano, Abraham Conyedo, quien representa desde hace años a Italia.

La presea de bronce de Salas cierra por lo alto una trayectoria que incluye premios a todos los niveles, y que en la última etapa se vio acosada por las lesiones. Además devuelve al podio a los libristas de la Isla, luego de irse en blanco en Río de Janeiro 2016.

Para Cuba se trata de su medalla número 15 en la cita, con lo cual iguala lo alcanzado en Londres 2012 y supera claramente el botín de Río de Janeiro 2016 (11).

Publicado Por: JIT

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