Si hay una deportista cubana que sintetiza la viva estampa de la constancia y la dedicación, esa es la triatleta Leslie Amat. La atleta de 29 años poco a poco ha ido fraguando su crecimiento a fuerza de mucha perseverancia, insertándose en la elite de América, aprendiendo de cada nueva cruzada competitiva.
Mucho ha incidido en su progresión la celebración de las ediciones del Triatlón de La Habana. Correr en casa, bajo notorias condiciones de humedad, el salitre y la brisa costera del Malecón intentando imponerse, y otras variables nada despreciables en el circuito ciclístico, la han revestido de una coraza que, junto con la ayuda de su entrenador Dióseles Fernández, hacen que acaricie con objetividad el sueño de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio.
De hecho, Leslie se sitúa en el puesto 81 del ranking Mundial (1 577.76 puntos), y en el 116 de clasificación olímpica (709.94); en una enconada porfía, entre ortras, con la argentina Romina Biagioli (54-1409.43).
Sobre su preparación, el rocoso periodo de confinamiento y entrenamiento en casa, y otros detalles accedimos a dialogar con su mentor, mientras cumplimentaba junto a un coequipero una sesión de trabajo físico en el Complejo de piscinas Baraguá:
“Cuando comenzó el azote de la Pandemia Leslie terminó compitiendo el día 15 de marzo, se encuentra bien cerca de cumplir un año sin asistir a evento alguno.
Venía sosteniendo una secuencia de confrontaciones bastante rigurosa como parte de su ruta crítica y proceso de posible clasificación a Tokio.
La pandemia del Coronavirus nos golpeó mucho, pero tratamos de no bajar la guardia y nos mantuvimos haciendo siempre actividades en la casa. Llegamos a montar las tres disciplinas dentro de su hogar para reducir al máximo los niveles de afectación, pero indiscutiblemente esta siempre estuvo.
No se podía salir a correr, a montar bicicleta, y, sobre todo, no se podía ir al mar a nadar”, explicó el preparador.
Bajo esas adversas condiciones, ¿cuándo retomaron la preparación?
“Comenzamos la preparación el 12 de octubre en villa Clara cuando se tomó la decisión de establecer las bases de entrenamiento y esto nos permitió diseñar la preparación de manera más sólida, mucho más concentrados en la búsqueda de la clasificación y de retomar la participación de Leslie en eventos que tenía proyectados a partir del 31 de enero.
Esas dos paradas iniciales deberían haberse dado en Chile, pero el Covid-19 forzó que muchos eventos se corrieran de fecha y otros se cancelaran.
Ahora mismo formamos parte del sistema de Burbuja acá en el Complejo de Piscinas Baraguá, donde se hace todo lo posible por cumplir con la estrategia preparatoria, pero hemos tenido incidencias con el tema de la temperatura del agua en las piscinas.
Ante eso y teniendo en cuenta que este deporte se compone de tres disciplinas hemos apelado a variantes para fortalecer el ciclismo y la carrera.
En las últimas dos semanas, en el tanque de clavados (25 metros) se ha comportado bastante bien la temperatura del agua y hemos intentado sacarle el máximo de provecho. No es lo ideal, pero suple de alguna manera lo que se necesita en el caso de la natación”.
¿Perspectivas reales de clasificación para Leslie en medio de un escenario tan complicado?
“Está difícil, pero esas condiciones son similares, sobre todos para aquellos atletas que luchan por entrar. Si no se compite, el ranking se mantendrá congelado, a pesar de que España realizó dos eventos de nivel Mundial contra viento y marea, con un ranking aparte del olímpico, pero con todas las de la ley.
Esa situación golpea fundamentalmente a las triatletas de América, que precisamente son las que luchan por un cupo junto a Leslie. Se han visto afectadas todas.
Leslie tiene posibilidades de entrar, sobre todo, más allá de sus competencias, de que Romina pueda entrar también y clasifique vía directa. Eso debido a que a Romina le quedan tres eventos Bye en los que puede acumular la mayor cantidad de puntos.
Es una atleta que ha venido punteando en todas sus presentaciones, pero eso sería muy oportuno para que Leslie pueda subir, pues le sigue por el área de América, sin perder de vista a la colombiana Lina María Raga (82-1 570.01), quien secunda a Leslie.
¿Cómo se manejan los volúmenes en la presente etapa?
“En ese sentido hemos llegado a cumplimentar en lo que va de año semanas con promedio de 60 kilómetros de carrera, 260-280 de ciclismo, y la natación, a pesar de las afectaciones 18-20 kilómetros.
Eso se complementa con el trabajo físico en gimnasio y alrededor de 5-8 horas de entrenamiento, con días pico en los que nos pegamos a las ocho horas”.
Con semejantes volúmenes de kilómetros no digo yo si la palabra constancia dicta cual carta náutica la ruta hacia el sueño olímpico de Leslie, que solo será privilegio de 110 agraciados, a razón de 55 en cada sexo, para disputar preseas en tres mnodalidades: individuales masculino y femenino, y el relevo mixto.
Muchos la subestimarán de seguro aún, por su menuda figura, su timidez, poco hablar y tranquilidad inusitada. Les confieso que yo, que la he visto devorar kilómetros en los canales de la Marina Hemingway, montarse en la bici con endemoniado ritmo de pedaleo, y luego emerger airosa en su pleito versus sol y salitre en el litoral Norte habanero, la respeto y mucho.
Por eso aplaudo de manera ferviente, los esfuerzos de ella y su entrenador, y cruzo los dedos para que el Coronavirus, y todos los santos, bendigan al triatlón, para que acaben de asomar las competencias, esas que Leslie y todas las demás triatletas, necesitan con tanta urgencia.
Like (0)