Vinculación de Cienfuegos con el 26 de Julio

El 67 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, por un grupo de valientes al mando de Fidel  Castro,  tiene para los cienfuegueros una significación especial, pues tres de sus coterráneos Melba Hernández Rodríguez del Rey, Abelardo Crespo Arias y Orlando Cortés Gallardo, participaron en la patriótica acción.

Además el joven Fidel Castro, 2 años 8 meses y  14 días antes de la heroica acción , fue  detenido en esta ciudad, el  12 de noviembre de 1951, cuando se trasladó a  Cienfuegos acompañado por Enrique Benavides y otros dirigentes estudiantiles de la Universidad de la Habana para apoyar la protesta de los alumnos  del Instituto de Segunda Enseñanza, contra las disposiciones del entonces Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango, que perjudicaban a los alumnos de ese nivel de enseñanza.

Aquí fue  detenido junto a Benavides y   puesto a disposición del  Tribunal de Urgencia de la antigua provincia de Las Villas, donde fue juzgado el 14 de diciembre de 1951, ese día Fidel asumió por primera vez su propia defensa y con un valiente alegato se convirtió en acusador, denunciado la explotación a que era sometido el pueblo por el régimen de Carlos Prio y la represión de la fuerza publica   a los estudiantes cienfuegueros.

No se puede olvidar, que otro cienfueguero  Pedro Manuel Sarria Tartabull, fue el honesto militar que salvó la vida de Fidel Castro, cuando después de detenerlo  en  el oriente cubano,  se negó a entregarlo a los asesinos de la dictadura batistiana.

Abelardo Crespo Arias, que nació en  el barrio cienfueguero de Pueblo Griffo,  fue testigo en el insólito juicio efectuado en el hospital  santiaguero contra Fidel Castro.

Cuenta la periodista y escritora Martha Rojas, que Abelardo Crespo, fue utilizado como pretexto por el Tribunal, pues  herido de gravedad en un pulmón, fue conducido al juicio en una  cama Fowler, pero antes  había sido prisionero y torturado, con intención de asesinarlo.

Aquel 16 de octubre, Crespo volvió a ver al líder del movimiento, escuchó el brillante alegato del joven abogado y  desde su cama advirtió el pensamiento  que cambiaría para siempre a Cuba.

El humanismo de Fidel se puso de manifiesto una vez más, pues  al terminar su autodefensa,  permanece un rato  en el saloncito y se interesa por el verdadero estado de salud del compañero herido.,

Abelardo Crespo Arias,  juzgado junto a Fidel, fue  condenado a diez años de prisión y estuvo junto al resto de los combatientes,  en el llamado Presidio Modelo de la Isla de Pinos, hasta  mayo de 1955, en que fueran amnistiados.

Pero ya en libertad y aún con las secuelas de las graves  lesiones y  los maltratos, siguió su lucha clandestina en varias provincias, para formar células del Movimiento 26 de Julio, hasta que enfermo viajó al exterior a finales de 1958.

En  noviembre de 1955 se inició en Cienfuegos la organización  del  Movimiento 26 de Julio y después de numerosas gestiones de Gustavo Arcos, en representación de la Dirección Nacional, queda formalmente constituida la dirección del movimiento en la provincia, recayendo la principal responsabilidad en Rigoberto García Flores, militante del Partido Ortodoxo y dueño de una farmacia, como coordinador

También la integraron, el dirigente juvenil Jorge Liriano, el trabajador de óptica Gregorio García,  el médico Germán González Longoria,  el obrero ferroviario Eduardo López Viñas y el mensajero de farmacia Luis Pérez Lozano, quien en 1957 fue uno de los mártires del levantamiento del 5 de septiembre, comenzando a partir de ese momento la formación de células  de diez integrantes orientados por un jefe o coordinador

Y  en Cienfuegos no se  olvida que Roberto Roque Núñez, natural del municipio de Palmira, quien formaba parte de la marina  el 10 de marzo, pero manifestó su repulsa al golpe de estado y más tarde marchó al exilio, se incorporó al movimiento revolucionario y  formó parte de la tripulación del Yate Granma, que al mando de Fidel Castro, arribó a las  costas orientales para iniciar el camino hacia la definitiva  libertad de la patria.

Publicado Por: Manuel Varela Pérez

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