Especialistas del Departamento de Biodiversidad y Bioseguridad de Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) proponen medidas para contrarrestar los efectos del virus Oropouche.
Las acciones principales están enfocadas en el control vectorial a partir de la reducción de las poblaciones de los vectores mediante la identificación y eliminación de sus lugares de desarrollo y reposo.
Para ello recomiendan evitar la acumulación de residuos que sirvan de sitios de reproducción y reposo, facilitar el drenaje de agua, charcas o sitios de anegación temporal y eliminar la maleza alrededor de los predios para disminuir los sitios de refugio de los vectores.
La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y mediante el Sistema de Inspecciones regula y controla que en las instalaciones cumplan los principios de Bioseguridad en su diseño, prácticas, procedimientos y el uso de equipos de protección personal y colectivo.
El virus Oropouche es transmitido por vectores del género Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes), y a diferencia del Aedes aegypti, que se cría en el interior de las viviendas, estos prefieren los exteriores.
La Organización Mundial de la Salud clasifica el virus Oropouche en el grupo de riesgo II.
En Cuba, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri se encarga de confirmación los casos en el país y cuentan con la debida licencia ambiental para garantizar la protección de los trabajadores, la comunidad y el medioambiente.
(Con información de ACN)
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