La Organización de las Naciones Unidas proclamó el 5 de junio como Día Internacional del Medio Ambiente y este año en condiciones especiales, responsablemente cada habitante de la Tierra asumirá el papel de llevar adelante las tareas concebidas para su preservación.
El lema elegido para la ocasión es “La hora de la naturaleza” y tiene el objetivo de dar a conocer los vínculos que conectan a todos los seres vivos de la Tierra y cómo actuar por ella.
Que la naturaleza nos está enviando un mensaje a todos los humanos que vivimos en este planeta, es irrebatible y lo percibimos con fuerza en los eventos catastróficos recientes como los incendios forestales de grandes dimensiones ocurridos en la Amazonía, en Brasil y Bolivia o los ocurridos en California y Australia.
Quién no recuerda los alarmantes pronunciamientos improcedentes del presidente brasileño Jair Bolsonaro en torno a los incendios en Amazonas. Con certeza que en los que amamos y velamos por la naturaleza tales acciones causaron rechazo.
Otras alertas del medio ambiente que demuestran los efectos indeseados para el hombre, la observamos en la invasión de langostas en el Cuerno de África y la pandemia de COVID-19.
Por otro lado, se prevé que como parte del programa de actividades por el Día Internacional del Medio Ambiente, la biodiversidad sea el tema central por ser la base de toda la vida en la tierra y desempeñar un papel fundamental en el equilibrio natural. Sin ella queda comprometida la salud humana. Agua limpia, Aire, alimentos sanos, todo ello depende absolutamente de la biodiversidad.
En acciones concretas, para proteger al Medio Ambiente los líderes mundiales adoptaron en septiembre de 2005 un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de de una nueva agenda de desarrollo sostenible. La Agenda 2030.
Cómo se inserta Cuba en ese propósito global para minimizar el impacto ambiental.
A través de la Tarea Vida, concebida como un Plan del Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático, la iniciativa se implementa mediante un programa de inversiones progresivas con ejecuciones a corto, Mediano, largo y muy largo alcance.
Este plan se sustenta en una base científica multidisciplinaria, donde nuestro país da prioridad a 73 de los 168 municipios, 63 de ellos en zonas costeras y otros 10 en el interior del territorio.
A manera de ejemplo, podemos citar lo expuesto por los científicos de la isla que refieren que el clima de Cuba es cada vez más cálido y extremo, unido a la variabilidad en la actividad ciclónica.
Asimismo, los investigadores manifiestan que la línea costera en la isla está retrocediendo, en playas arenosas 1,2 metros como promedio cada año, debido a las inundaciones costeras provocadas por los huracanes frentes fríos y otros eventos extremos afectando el patrimonio natural y el construido.
Entre las medidas de la Tarea Vida para contrarrestar estos efectos negativos, está la revisión de normas constructivas atendiendo a las Características y la adaptación de edificaciones para las zonas bajas teniendo en cuenta los fenómenos naturales.
Para la protección del medio ambiente, a mediados de 2014 el Estado Cubano también puso su aspiración en la transformación de la matriz energética nacional y estableció como objetivo la utilización de las Fuentes Renovables de Energía hasta alcanzar un 24 por ciento del protagonismo en la generación de electricidad.
De las principales fuentes generadoras de energía limpia en Cuba, las de mayores perspectivas son la eólica, la solar, la biomasa (Cañera y no cañera) y la hidro energía.
La dependencia de los combustibles fósiles y la descomedida explotación de los recursos naturales deben ir quedando atrás paulatinamente y en su lugar, en el paisaje cubano ya se aprecian los parques eólicos y fotovoltaicos generadores de energías económicamente más rentables.
En los complejos eólicos al norte de Las Tunas con 54 aerogeneradores de 1,5 y 2,5 Megawatt de potencia respectivamente y en Ciego de Ávila con la mayor planta biolectrica del país capaz de generar 62 megavatios, aledaña al central Ciro Redondo (procesadora de bagazo de caña en tiempo de zafra y de marabú cuando ésta cese) puede constatarse la marcha firme de un proyecto que avanza en Cuba en aras del medio ambiente.
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