La Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Parlamento) es una institución que nada tiene que ver con la élite y está formada por el pueblo, consideró uno de los candidatos a diputados al Legislativo, según reporte.
Para Raúl Alejandro Palmero, hoy entre quienes estarán en la boleta del municipio de Arroyo Naranjo en esta capital, el simple hecho de formar parte de los nominados es un reto e implica mucha responsabilidad.
En declaraciones a Prensa Latina, el jurista de solo 28 años consideró que los encuentros que realizan actualmente con el pueblo resultan claves para entender las interioridades del municipio, sus fortalezas, idiosincrasia, cultura y las preocupaciones de sus pobladores.
“Nuestra Asamblea no es un parlamento de élite ni de personas promovidas por recursos monetarios, influencias políticas o popularidad dentro de un partido; sino que somos personas salidas del pueblo y nunca perdemos ese vínculo”, afirmó.
Añadió que los propuestos se deben a la población que los elige, luego controla su desempeño y tiene toda la potestad para revocar su mandato si no cumplen sus funciones.
El diputado tiene la doble función de representar los intereses nacionales y a la vez rendir cuenta a los de su terruño, remarcó Palmero, quien si resulta ratificado en las elecciones nacionales del próximo 26 de marzo, formará parte por segunda vez consecutiva del Legislativo de la isla.
Su candidatura forma parte del 20 por ciento de jóvenes nominados, y piensa que esto representa una gran fortaleza para el país, porque ellos están en los centros de estudio y trabajo, en las comunidades, sufren día a día los problemas de la nación, lo que brindará una mirada más integradora al adoptar políticas.
“Esto debe verse también como un reconocimiento al esfuerzo que hacemos muchos jóvenes para, en medio de nuestras labores de estudio, trabajo y la familia, llevar la enorme responsabilidad que implica el Poder Popular”, valoró.
Acotó que el hecho de que la lista actual de candidatos jóvenes supere en 6,8 puntos porcentuales la cantidad de la IX Legislatura es un claro mensaje sobre la necesidad de que las nuevas generaciones asuman el papel de vanguardia que les toca desempeñar.
En su opinión como jurista, joven y diputado, existen varios retos para esta nueva legislatura; entre ellos, comunicar mejor el trabajo de la Asamblea, no solo lo que sucede en la plenaria, sino también los arduos debates que ocurren en las comisiones de trabajo.
Como un desafío subrayó la aprobación e implementación de la Ley de Comunicación Social y la Ley de Empresas, esta última fundamental para poder ordenar los diferentes actores económicos en la nación caribeña.
Detalló también como una necesidad actualizar la legislación del país en materia laboral, civil y educacional.
Asimismo, cree que es urgente desterrar ciertas formalidades que aún existen y dificultan el trabajo, pero también resulta necesario sistematizar el vínculo de los diputados con los electores de su territorio.
Reflexionó, igualmente, que la Asamblea tiene que discutir aquellos temas que más le preocupan al pueblo.
El país se encuentra en un proceso de transformaciones que permitirán experimentar e implementar nuevas estrategias, maneras, conceptos e instituciones para continuar empoderando al pueblo y haciéndolo sentirse parte de los procesos, enfatizó.
Destacó el trabajo de la actual Legislatura, con un gran número de leyes aprobadas, rendiciones de cuenta al órgano legislativo por parte del presidente y el primer ministro, además de las altas fiscalizaciones a ministerios, instituciones y provincias del país.
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