Dicen los viejos que uno debe tener cuidado con lo que pide. El chico del turbante, haciendo alardes de súper influencer, llamó a que sus seguidores propusieran nombres para agregar a la lista macartista que acaba de divulgar y entregar a su presidente, Donald Trump.
Sin embargo, lo que debía atemorizar, aterrar a los cubanos de la isla, alborotó, eso sí, el humor y la creatividad que llevamos a flor de piel. También el valor, porque, en palabras de Arnaldo Rodríguez, «nos podrán acusar de cualquier cosa, pero nunca de cobardes».
Lo interesante es que, si bien varios de los artistas incluidos, como el propio Arnaldo, el dúo Buena Fe o Paulo FG, reaccionaron desde sus redes sociales, miles de cubanos (digo miles para no pecar de exagerada) expresaron en sus perfiles personales de Facebook una solicitud seria y decidida: que me pongan en la lista.
Y claro, entre cubanos, lo cortés no quita lo valiente, ni la diversión disminuye la seriedad, así que nos vino como anillo al dedo la guaracha del puertorriqueño Daniel Santos:
Si las cosas de Fidel
Son cosas de comunistas, que me pongan en la lista, que estoy de acuerdo con él.
(…)
Y no me importa un comino
Que me salen el camino cuando yo voy con Fidel.
Por ese camino llovieron los memes, aquí recomiendo no perderse el combo publicado por La Ciberclaria, una página en Facebook que por estos días les causa dolores de cabeza a OtaOla y comparsa.
Pero también aparecieron versiones como esta que posteó Salam Amed:
«Mensaje para Twitter en tono de guaracha: Si las cosas de Díaz-Canel, son cosas de comunista #QueMePonganEnLaLista, que estoy de acuerdo con él».
Nadie se asombre de que también se haya rimado:
Porque sigo siendo necio
por luchar con la verdad,
por actuar con dignidad,
por vivir sin tener precio.
Porque su odio desprecio
por ser martiano y marxista,
por ser antimperialista,
por seguidor de Fidel,
por creer en Díaz-Canel
#QueMePonganEnLaLista.
(Del muro de Ernesto Guerra Arias)
#QueMePonganEnLaLista
sería tremendo honor,
y si me pone un traidor,
soy feliz, soy comunista.
Ah, también soy fidelista,
y eso no va a cambiar,
que me acaben de apuntar
en esa lista dichosa,
que ya me siento orgullosa
de en ella poder estar.
(Del muro de Damiana Estévez)
Además, está el curriculo aportado de post en post por el trovador Ariel Díaz para «merecer» entrar en esa lista, o la pregunta satírica del periodista Francisco Rodríguez Cruz: «¿Alguien sabe cómo es el proceso de crecimiento para ser aspirante a la lista roja?».
La respuesta es difícil, porque la lista no tiene mucho de nuevo, es más bien una versión de la cacería de brujas macartista de mediados del siglo pasado, pero también la nueva expresión de un viejo anexionismo y, sobre todo, la mala jugada, histérica, de quien sabe que va perdiendo.
Texto: León García.
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