A PROPÓSITO DE LA INTERVENCIÓN DEL PRIMER SECRETARIO Y PRESIDENTE MIGUEL DÍAZ CANEL SOBRE LA EDUCACIÓN NACIONAL
PAUL ANTONIO TORRES FERNÁNDEZ, Doctor en Ciencias. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Miembro del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech, profesor de Matemáticas: Acabo de escuchar un resumen de las palabras del Presidente en la clausura del Seminario de preparación del próximo curso escolar… ¡Me parecieron insuperables!… Espero que los cuadros educacionales situados por debajo de la nueva Ministra (pues estoy convencido -conociéndola como la conozco- que ella está clara de las urgencias y de las rectificaciones necesarias) comprendan la necesidad de los cambios en los modos de actuación… Me ha tranquilizado mucho lo dicho y RAZONADO por el Presidente… Como dijera el Comandante en Jefe, sin Educación no hay Revolución posible… A juzgar por las publicaciones en las redes sociales, de estos días anteriores, no pude evitar preguntarme, ante la transcendencia de la Educación para el futuro de la Nación, ¿tenemos razones para auto complacencias?… El Presidente me acaba sacar de las dudas.
NESTOR DEL PRADO ARZA, presidente histórico de la FEU y nuestro colega profesor de la Escuela Vocacional Lenin en tiempos del Destacamento, destacado matemático, científico y gestor de ciencia: «Confieso que me sucedió algo similar al querido colega Paul Antonio Torres Fernández. Estaba simultáneamente preparando el acertijo del próximo lunes y escuchando el NTV. Las palabras del presidente me hicieron ponerme enfrente de la pantalla. Cuando me percaté de sus atinados y oportunos razonamientos, volvió a mí la confianza en que podemos realizar las transformaciones que el sistema educacional cubano necesita. Sé que no será fácil, ya que nos encontramos en una situación difícil, y los gastos indispensables para dar el salto de calidad no serán pocos (…)».
PAUL ANTONIO TORRES FERNÁNDEZ «Gracias, querido profesor… Afortunadamente, hasta donde sé (quiero decir, hasta donde me tocó vivir e investigar), la urgencia no está en lo material, sino en lo subjetivo:
(1) Comprender que ser un cuadro educacional no significa otra cosa que no sea actuar como un servidor público, que ‘me debo al pueblo’, y no a mi ego, ni a mis intentos de glorificación;
(2) Lo peor que puede suceder en la ‘cadena de mando’ del sistema educativo es la práctica de métodos autoritarios; al final terminan siendo replicados en las aulas, pero una Revolución se forja con la reflexión y el razonamiento, no con la imposición, ni los sueños peregrinos de una fe ciega a los que temporalmente se le ha confiado la función de dirección;
(3) El fraude, en cualquiera de sus formas y niveles, es la antítesis de educar, y la manera más sutil pero eficaz de destruir la Revolución; lo mismo sucede con la corrupción, la inmoralidad y la doble moral;
(4) La forma fundamental del proceso educativo fue, es y seguirá siendo la clase; acabemos de entender que si no entramos al aula no podremos dirigir conscientemente el proceso educativo, ni ayudar a los docentes que lo necesiten;
(5) Seguir separando la instrucción y la formación es la manera más eficaz de no hacer bien ni la una ni la otra; se aprende formando y se educa aprendiendo; ambas son, además, vías imprescindibles para lograr patriotas y revolucionarios capaces, pues con una cabeza vacía no se puede impulsar la Revolución, en ninguna de sus trincheras, ni desmitificar al enemigo ideológico, ni comprender la perfidia de sus armas en el campo de las ideas;
(6) El ‘arma secreta’ de la educación cubana en los estudios evaluativos internacionales (como expresión objetiva de sus niveles reales de calidad y de equidad) fue el recurso inédito del trabajo metodológico, expresión de la voluntad política de superar de forma permanente a los docentes como parte de su fondo de tiempo laboral, y de crear un ‘ejército’ de sus mejores educadores para preparar a los que están frente a las aulas; pero si ellos (los metodólogos, a los distintos niveles) tienen que dejar a un lado esa función básica para hacer ‘investigaciones’ y atender quejas (algo que en todos los Sistemas Nacionales, de todas las partes del mundo, han realizado siempre los inspectores), o ponerse a redactarle borradores a los comunicadores institucionales para que estos puedan cumplir su función de informar, o pasarse la mayor parte de su tiempo pidiendo informaciones a sus homólogos de las estructuras inferiores para hacer informes tras informes, etc.; si todo eso sucede, habremos perdido ‘nuestra arma secreta’, y -lo que es peor- dejado a su suerte a los educadores urgidos de transmitir sus buenas experiencias a sus compañeros, o aprender de los más capaces lo que les falta por mejorar, según el caso.
En fin, solo si salvamos a los educadores, habremos salvado a la Educación. Por suerte, no creo que hagan falta nuevos planes emergentes de formación de maestros y profesores, de lo que se trata es de retener a los que tenemos, y prepararlos mejor, pero con ciencia establecida y verificada, no con teorías por comprobar, ni empirismos autoritarios.
Un fuerte abrazo, profesor. Mucho de lo que le comento, no me dejará mentir, lo aprendimos usted y yo en la LENIN, de aquel sueño hecho realidad por Fidel.
GRISEELL URQUIZA ZAYAS, Miembro del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech, profesora de Física: Me uno, apoyo y comparto lo expresado por ustedes, mis queridos compañeros Néstor y Paul. Salvar la Educación en Cuba nos tiene que convocar a todos, tiene que ser tarea de primer orden. Salvar la Educación es imprescindible.
BÁRBARA VALDÉS REYES, Máster en Salud Pública, Miembro del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech, profesora de Matemáticas: Yo sé que mi preocupación es inmensa, con ausencia de profesores de casi todas las asignaturas, sin jefes de cátedra o departamentos, sin preparación metodológica seria, sin cuadros en los municipios… deficiente política de estímulo a los que quedan, robos… el Varona casi sin alumnos al igual que las escuelas pedagógicas y otras… pero saldremos!
CATALINA GARCÍA FERNÁNDEZ. Master en Educación, directora fundadora del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech en la Filial Lenin de La Habana: Las palabras del Presidente nos dicen cuánto hay que hacer. Al oírlo pensé, cuánto se necesita que nuestros maestros y profesores se sensibilicen y realicen su labor conscientes del ciudadano que Cuba necesita. Con valores y ética martiana, fidelista y de acuerdo con el país que aspiramos: con hombres de ciencia, con conciencia de paz, solidaridad y unidos para lograr estos objetivos.
FELIPE DE J. PÉREZ CRUZ, Doctor en Ciencias Pedagógicas, Miembro del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech, profesor de Historia: Hay dos ideas base que he elaborado en mi estudio histórico del proceso:
El perfeccionamiento ha sido un proceso fundamentado desde lo mejor de la experiencia y el hacer científico pedagógico, pero su aplicación se ha ralentizado en el propio ejercicio de aplicación precisamente por los estilos burocráticos y el pensamiento bancario que predomina en el sistema de la educación nacional. Precisamente el aporte más significativo del perfeccionamiento está en que el problema esencial no está en perfeccionar, sino en cambiar el modo en que se educa y enseña.
Considero que el cambio hay que hacerlo en primer lugar desde el rescate de la tradición pedagógica cubana, forjada por los padres de la escuela cubana y desarrollada por insignes pedagogos y educadores sociales, en vínculo raigal con las luchas y procesos culturales y políticos de resistencia, lucha y emancipación, que caracterizan la historia y el presente de la nación. En tal propósito la pedagogía revolucionaria del Héroe Nacional José Martí Pérez y del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, constituyen los ejes fundamentales para pensar y construir la continuidad y las rupturas dialécticas que se precisan. En esta perspectiva incorporemos todo lo progresivo, y migremos con el mundo a un nuevo modo de producción de conocimientos. Coloquemos desde la historia que hemos vivido, a la economía, la tecnología y la ciencia en la punta de nuestra educación, para un desarrollo socialista, próspero y sostenible de la Revolución Cubana en el siglo XXI.
RITA MARÍA PIÉ MATILLA, Master en Ciencias de la Comunicación. Miembro del Destacamento Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech, profesora de Español: Pues la Revolución nos convoca otra vez compañeros como hace 50 años, pero ahora con nuestra experiencia que podemos aportar en la formación de los docentes que necesitamos. (Tomado del perfil del emjinente profesor de Historia FELIPE DE J. PÉREZ CRUZ).
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