Fidel siempre inspiró la lucha por el bien del pueblo

Mi primer encuentro con Fidel fue en el Congreso de la Juventud del Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo, en la década del 50. Me pareció un joven con ideas muy revolucionarias. En esa reunión la delegación de la antigua provincia de Las Villas presentó una declaración por la paz del mundo con  ideas socialistas y el primero en respaldarla fue aquel delegado por La Habana.

Tuve el privilegio de haber tenido contacto con él nuevamente en noviembre de 1950, cuando vino a Cienfuegos, junto a otros compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria, para apoyar la lucha que sosteníamos en el Instituto de Segunda Enseñanza contra  las medidas del Ministro de Educación del corrupto  Gobierno de Carlos Prío, que perjudicaban a los estudiantes.

Se había concedido el permiso para un acto en el Prado,  frente al local del Instituto, pero el jefe de la policía comunicó a última hora, que se prohibía, al conocerlo Fidel, junto a otros estudiantes se personó en la casa del propio de la policía, alegando el derecho de los estudiantes a efectuarlo, pero se mantuvo  la obstinación del personero del régimen.

Fidel sugirió entonces que el acto debía efectuarse y entonces se decidió que la sede fuera el salón del Ayuntamiento, en el  conocido Palacio Municipal, ubicado frente al Parque José Martí, en dicho local se  instalaron amplificadores y sillas, convocando al pueblo, para reunirse en el parque, allí se congregaron miles de cienfuegueros.

A la hora de iniciar el acto ese 12 de noviembre de 1950, cuando Fidel Castro y Enrique Benavides, entraban  al Gobierno Municipal, fueron detenidos por la policía, encerrados en el Vivac, como ya ellos no podían hablar, pasé de locutor del acto a uno de los oradores, junto a otros estudiantes de la FEU y del Instituto.

Por la madrugada Fidel y Benavides, fueron trasladados para Santa Clara, a disposición del Tribunal de Urgencia, que ante la presión de ese pueblo, los puso en libertad y señaló el juicio para el 14 de diciembre.

Ese día estuve presente en el juicio de la causa 543 de 1950, seguida por los delitos de Agitación y Contra el Orden Público, en  la Audiencia de Las Villas.

Y tuve el privilegio de ser testigo de la primera  autodefensa de Fidel Castro, y de cómo se convirtió de acusado en acusador, denunciado la represión del ejército y la policía en Cienfuegos y la explotación a que era sometido el pueblo cubano  por el gobierno de Carlos Prío.

Luego vino el Moncada, la Sierra, el triunfo, la Caravana de la Libertad aquel 6 de enero… donde volví a encontrarme con él  y no puedo cuantificar las coberturas en que participé durante sus visitas y recorridos, reportando para Radio Rebelde, desde la ciudad de Cienfuegos, que debe su desarrollo industrial y social a los proyectos de Fidel Castro, en beneficio de la población.

El legado patriótico y estratégico de Fidel Castro,  no va a morir nunca, pues él creó un movimiento y una obra que es perfectible, porque nada humano es acabado, pero no existe un proceso político más justo y dignificador que la Revolución Cubana, por eso siempre estará presente y su legado guiará a las presentes y futuras generaciones de Cuba, que jamás le fallarán.

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Publicado Por: Manuel Varela Pérez

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