Casa de las Américas está de cumpleaños y a más de seis décadas de
creada continúa siendo recinto de la Cultura y bastión de artistas e
intelectuales de Latinoamérica y el Caribe, para alentar y promover
sus obras, tal como fuera gestada por Haydee Santamaría, heroína de
la Sierra Maestra y del Asalto al Cuartel Moncada, el 28 de abril de
1959, a sólo unos meses del triunfo revolucionario.
Presidida por Haydee hasta su último aliento, la Casa multiplicó y
diversificó su quehacer gracias a su incansable espíritu, su visión
latinoamericanista, su sensibilidad y talento. Aun parecen sentirse
sus pasos por los espacios de la hermosa edificación cercana al mar,
porque Yeyé se hace presente en cada aniversario, en cada batalla
Patria desde el arte y la literatura. Imposible no invocarla a la hora
del recuento.
Luego de su muerte en 1980, el pintor Mariano Rodríguez la sucedió en
el cargo hasta 1986 y a partir de entonces asumió el cargo el poeta y
ensayista Roberto Fernández Retamar, quien, honrando el legado de
Haydee, amplió el universo de la emblemática institución que ahora
continua su camino guiada por otro reconocido intelectual, Abel Prieto
Jiménez, que asevera que Casa representa otra apuesta de Cuba por la
Cultura, por la vida, el pensamiento, la inteligencia y la
solidaridad, ante el odio, el neofascismo, la mentira y la
manipulación.
Entre las acciones que legitiman el accionar de Casa de las Américas
sobresale el premio literario, referente obligado por su prestigio y
fuente nutricia de su fondo editorial; su Biblioteca, con más de cien
mil títulos y cerca de nueve mil publicaciones periódicas; sus
galerías que acogen la impronta de consagrados y noveles exponentes
de las artes plásticas de Cuba y el Mundo mientras sus Salas, sirven
de escenario a las más variadas expresiones artísticas y dan sitio al
pensamiento y la reflexión.
Este 28 de abril Casa de las Américas cumple 62 años en el empeño de
reconstruir la geografía cultural de América Latina y el Caribe,
tender puentes para el intercambio de pensadores, creadores y pueblos
y hacer realidad el sueño integracionista de Bolívar y Martí.