AUDIO EN VIVO
Mucho ha de bregar un periodista hasta llegar al ocaso de la profesión sintiendo que aún queda por hacer; así es de simple esta ecuación en las que se suman años con experiencia y aquellos recuerdos que un día animaron a emprender la marcha sin temor a los riesgos y sin sabores.
Pero hoy es uno de esos días, en que más de 4 décadas de trabajo permiten exclamar: ¡ valió la pena y sí que lo vale!… muchos kilómetros recorridos para llegar a ti y ahora entre las noticias redactadas y un noticiero que saldrá en una hora, ocupo un espacio en primera fila del Estudio Uno de Radio Progreso para verte.
Eres grande y lo sé por eso no escatimo en subir cuatro pisos, a pesar de mis seis décadas y los bajo con la energía que me proporciona el saber que disfrutaré de cerca, muy cerquita de tu voz.
Tú no sabrás que estoy ahí, pero no importa.
Igual que cuando en un long play tuyo de la marca Areito plasmé a mano alzada un título promocional que a mi modo de ver era el que debía llevar aquella placa de acetato de 1974, sencillamente con tu nombre y un simple signo de admiración.
Para mi debía ser otra su presentación: Omara y la música cubana alrededor del mundo. Porque sabía de tus giras internacionales y los 12 temas del disco desbordaba el sabor a son como Soy cubano o Songoro Cosongo. Lo hice, y quedé satisfecha.
Así comencé el ejercicio de esta profesión, que casi llega a su fin y lo hago con el placer de aplaudir efusivamente y tararear interpretaciones como Veinte años y Lágrimas negras. Eres tu Omara, inmensa con una cubanía brotando a flor de piel, con una voz que cautiva. Quizás no sea lo último que escriba pero si, lo que titule con el alma: Omara una Diva del mundo.
