La otra tuerca

Puede ser una cortina de humo para esconder lamentabilísimos problemas propios, pero igual resulta continuidad de una política tiránica aplicada por la dirigencia estadounidense contra Venezuela.

El odio y los ataques contra otras naciones, -insisto en remarcarlo- provoca reaccionesextremistas o perturbadas, de ciudadanosnorteamericanos que viendo hacer a su presidente, se consideran autorizados a reproducir similar agresividad. Los daños son enormes,  por las muertes y debido a la atmósfera envenenada que provocan.

Esa es una de las señales que da la información sobre  el bloqueo norteamericano a los bienes estatales de Venezuela en Estados Unidos. El más reciente pasoen busca dedestituir a la jefatura bolivarianaparacolocar sus títeres, quieran o no, reconoce a Nicolás Maduro y su gabinete con undictamen que  dice:

“Todos los bienes e intereses en bienes del Gobierno de Venezuela que se encuentran en Estados Unidos (…) quedan bloqueados y no se pueden transferir, pagar, exportar, retirar o negociar con ellos de otra manera”.

Si son bienes del gobierno es porque existe uno  con autoridad e instrumentos facultados para ejercer mandato. Pero eso no es todo. Hace solo horas el retrógrado John Bolton dijo que»el tiempo del diálogo terminó”.  Por tanto, también, sin quererlo, reconocen la autenticidad de la jefatura venezolana en ese intento de conciliaciones.

Washington se atribuye el derecho a decidir por todas las partes cuando da por concluido elmás reciente esfuerzo de entendimiento. La determinación fue expuesta por el asesor de seguridad norteamericano y se dirigen a incrementar medidas implacables  como las usadas contra Cuba, Irán, Siria y Corea del Norte, cada cual en sus particularidades, desde luego.

Sin percatarse de la pifia, también n el  arbitrario cese del diálogo, reconoce a la autoridad que pretendensuplantar. Debe entenderse, además, que las acciones ofensivas anteriores están provocando dolor a un pueblo completo, y establecer un proceder altamente censurable, pudiera afectar a sus causantes en términos de futuro.

Por ahora, embargar los activos de Citgo, filial de PDVSA, fue un ensayo y avance de un pérfido programadestinado a seguir escalando esta otra asfixia inhumana y absolutamente ilegal.

Publicado Por: Elsa Claro

Periodista, poeta, narradora de altos quilates, que ejerce el ejercicio del comentario de manera cotidiana y de una excelencia de referencia. Su obra poética ha sido reconocida por el poeta nacional Nicolás Guillén desde sus primeros títulos líricos. Actualmente, este Premio Nacional de Periodismo José Martí transmite sus trabajos periodísticos en el espacio En Vivo Directo. Correo: elsa.claro@icrt.cu

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