¿Qué cómo fue, señora?

“Pomposas declaraciones y pronunciamientos genéricos, sin ningún compromiso concreto, ¿para qué aterrizar en los problemas de la gente?”. Así concreta un académico español las esencias de lo alcanzando –si algo se logró- en la Cumbre del G7 realizada esta vez en Francia.

Se debe reconocer el esfuerzo desplegado por Enmanuel Macron para sortear asperezas, incluso las que tienen Washington y Paris, (Trump amenaza con elevar tarifas aduaneras al ingreso de vinos franceses y amenaza además con gravar la industria automotriz europea). Tampoco hay mucha concordancia so be la delicada región del Medio Oriente, donde las sanciones y la provocación militar permanentes de Estados Unidos hacia Irán son capaces de hacer estallar un polvorín lleno hasta los topes.

Macron propuso a Trump que aliviara en parte las sanciones a Teherán, permitiendo que pueda vender su petróleo al menos a la India y a China, pero Donald afirma que su política beligerante en lo político, económico y militar dará resultados.

El presidente galo invitó al canciller iraní Mohammad Javad Zarif, no a los actos oficiales, sino como fórmula demostrativa de cuán importante es  otorgarle normalidad al caso persa, en oposición a continuar encrespando lo que descompuesto está, desde que la Casa Blanca decidiera abandonar el pacto nuclear y, encima, aplicarle castigos a los iraníes o, en los hechos,  salpicando a sus socios europeos con ellos, y eliminando una buena opción que atañe al mundo. Como quiera, el tema estuvo en  boca de todos los participantes.

Obvio que ni ese, ni los serios problemas de la economía  planetaria,torcidos  por el proteccionismo trumpiano, se pueden resolver en citas de este tipo, donde están omnipresentes las grandes oligarquías y sus intereses, por encima de cualquier otra consideración. Ceguera suicida, pero realidad a no dejar a un lado.

Ninguno de los encuentros anteriores aterrizó en los problemas que tienen las mayorías. Los dilemas que están afectando a las propias naciones ricas, solo se toman por las ramas y en ese sentido recordamos los muchos encuentros dedicados a los paraísos fiscales y lasabundantes declaraciones para eliminarlos dado el daño que provocan,  pero ahí están. Continúan intactos.

Lo anunciado por Macron, sobre una ayuda para frenar los grandes incendios de la Amazonía, pareciera lo único concertado en Biarritz los dais 24 y 25 de agosto. Plausible pero insuficiente mientras quien más contamina, se niegue a participar de los proyectos mínimos para regular la emisión de elementos tóxicos a la atmósfera causantes del calentamiento global, hoy apenas en sus fases primarias.

Muchos no saben que desde hace varias semanas la capacidad reproductiva de La Tierra llegó a su final este año. O sea, desde julio, la humanidad consume lo que ella no puede sustituir, debido a los daños acumulados.

El tema de la desaceleración del crecimiento ya en marcha, según certifican el FMI y muchos economistas, no fue tratado en la cumbre del G7. No con la profundidad y visión adecuadas al momento, para alcanzar algúnconsenso global capaz de poner freno a otra gran crisis, cuando los efectos de la desatada en el 2008, no se remontaron a plenitud todavía.

Es un cierre sin resultados y así lo evidencia que ni siquiera hubo esta vez una declaración final. Posiblemente se tuviera miedo a las majaderías insufribles, los desplantes prepotentes  de Donald Trump, quien en la cita del 2007, en Italia, rechazó el texto, por sus referencias al medio ambiente y lo urgente de cuidarlo. Poco después abandonó por completo el Pacto de París para eliminar un pequeño porcentaje de las emisiones nocivas, algo tan  insuficiente como el multilateralismo al uso, pero en ambos casos, un poco es mejor que nada.

Al año siguiente, en Canadá, punto menos que insultó  a su anfitrión Justin Trudeau, junto al resto de los participantes, cuando se negó a  firmar el texto contentivo de los propósitos comunes.

Para justificar la ruptura de un mecanismo hasta el momento usado en este tipo de encuentros, se dijo que el actual tuvo carácter informal. Pocos lo creen y menos suponen que existen buenas condiciones generales para concordar con quien es imposible coincidir.

Publicado Por: Elsa Claro

Periodista, poeta, narradora de altos quilates, que ejerce el ejercicio del comentario de manera cotidiana y de una excelencia de referencia. Su obra poética ha sido reconocida por el poeta nacional Nicolás Guillén desde sus primeros títulos líricos. Actualmente, este Premio Nacional de Periodismo José Martí transmite sus trabajos periodísticos en el espacio En Vivo Directo. Correo: elsa.claro@icrt.cu

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