La estructura del bloqueo de Estados Unidos a Cuba mantiene intacta su columna vertebral, de acuerdo con estudiosos de este tema, incluso las 240 medidas del gobierno de Donal Trump, quizás el más agresivo hacia la isla en 62 años.
Lo que hizo Trupm al llegar a la Casa Blanca, hace más de cuatro años, es decir, comenzar a revertir el desmantelamiento de las medidas de acercamiento de Barack Obama, no lo ha hecho Joe biden, en la Casa Blanca desde hace cinco meses.
Lo que esperaban todos los observadores era que, como había prometido durante su campaña electoral, Biden regresara a algo similar al deshielo practicado por los gobiernos de Estados Unidos y Cuba durante el gobierno de Obama. Sin embargo, toda la asfixia a Cuba está intacta.
En el plano económico, el cerco y la persecución financiera siguen su ferocidad, al punto de que el gobierno de Cuba tuvo que desestimar el uso del dólar y cambiarlo por otra moneda en sus depósitos en bancos extranjeros, renuentes a aceptar dólares provenientes de la mayor de las Antillas.
De modo que estrangular la economía cubana parece seguir siendo la óptica del actual gobierno norteamericano, a menos que decida cambiar la señal en los próximos meses.
Veremos si cuando las cosas mejoren con el coronavirus y Cuba pueda abrirse al mundo, Estados Unidos quiera de nuevo alejar a los turistas de las costas isleñas.
Cuando Cuba presente este miércoles en Naciones Unidas otro informe que denuncia y prueba la agresividad del bloqueo estadounidense, será posible, de nuevo, comprobarlo, y casi con total seguridad, el apoyo al informe será abrumador.
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