Del béisbol que nos apasiona

En Cuba el tema beisbolero apasiona, y por estos días, con motivo de la pandemia, no se activaron las peñas deportivas, o las esquinas calientes en los parques, pero en el ambiente si respiramos todo lo concerniente al campeonato mundial sub 23 con sede en México y los análisis en las colas, las cuadras y en los hogares; sin dudas algo inevitable, precisamente por tratarse de  una cuestión inherente. Nuestro deporte nacional.

Para el evento deportivo la preselección de nuestro país, integrada por los principales prospectos del patio tuvo una etapa de preparación en el estadio espirituano y posteriormente en el coloso del Cerro donde se ajustaron todos los mecanismos que hicieran posible competir dignamente en el mundial de la categoría y superar la actuación precedente.

Ya en el escenario competitivo de la tierra azteca, el juvenil elenco se dispuso a desplegar su sapiencia técnica y representar a la patria y así cumplir con la estrategia de juego planteada; sin embargo, una vez más a los propósitos de una nación soberana se interponen los asedios a los atletas por parte de los caza talentos. 

Por supuesto que esto no era algo diferente a las posturas en eventos anteriores, el modus operandis puede variar pero en esencia es el mismo, el despojo, que en esta oportunidad está en consonancia indiscutiblemente con la decisión del expresidente Donald Trump de anular el acuerdo entre las Grandes Ligas de Béisbol y la Federación Cubana de la disciplina, medida que prosigue el actual inquilino de la Casa Blanca Joe Biden y que provoca que los beisbolistas renuncien al país donde se formaron y nacieron.

Una docena de la delegación abandonó la competencia y desde luego a su equipo que cada vez salió al terreno con el ímpetu de quienes se saben responsables de una representación y hacerlo bien, con decoro.

Como hecho noticioso quizás pudiera parecer fiambre lo narrado, en cambio vale contextualizar las consideraciones del Comandante en Jefe en torno a estas maniobras de las potencias hacia los pueblos pobres, porque tal vez en la distancia puedan quedar otras historias como las sucedidas, por ejemplo,  con la delegación cubana de boxeo en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, cuando una “mafia” captó a deportistas contemplados en las posibles medallas de oro.     

Para el líder histórico de la Revolución, el deporte no solo era pasión, sino que desde el mismo 1959 lo integró como parte del desarrollo social del país, por ello nos adentramos en el Tomo Dos de las Reflexiones donde precisamente aborda temas al respecto:

“El atleta que abandona su delegación es como el soldado que abandona a sus compañeros en medio del combate. Cuba dispone de muchos buenos deportistas, pero no se los ha robado a nadie. El pueblo disfruta además de sus maravillosas actuaciones. Es ya parte de su cultura, su bienestar y su riqueza espiritual…”

En sus Reflexiones, Fidel enfatiza en el robo de cerebros y de talentos como los peores problemas de los países pobres y más adelante expone:

“…Órganos locales de prensa de países pobres y personas sanas interesadas en el deporte, comienzan a preguntarse por qué le roban sus talentos deportivos, después de los sacrificios y los gastos que se invierten en formarlos…”

“…Cuba, cuyos resultados y esfuerzos en el deporte amateur nadie puede negar, sufre más que cualquier otro país las mordidas de las pirañas…”

En la Quinta parte de las Reflexiones de Fidel sobre los XV Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, bajo el título A pesar de todo el Comandante en Jefe esboza cómo en 59 ocasiones se escucharon las combativas notas del Himno Nacional.

Y ahora en México, en la discusión de la medalla de bronce, el equipo cubano de béisbol en el Mundial Sub 23, ocupó la cuarta posición, a pesar de todo… Entonces,  para sus integrantes el reconocimiento.  

Publicado Por: Laudelina Manzano Bell

Periodista de Radio Progreso, que atiende el equipo de redacción del horario despertino para la programación informativa de la emisora de la familia cubana

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