El 13 de agosto marca el aniversario 98 del nacimiento de Fidel Castro, una figura icónica cuyo impacto va más allá de las fronteras y las generaciones. En la historia de Cuba y del mundo, Fidel, el hombre que enfrentó al imperialismo y elevó la bandera de la Revolución, dejó una huella indeleble.
Fue un luchador incansable desde joven, nacido en Birán, un pequeño sitio de la Cuba rural. Con una perspectiva clara de la independencia y la justicia social, se convirtió en el líder indiscutible de un proceso que cambió el destino de la patria.
El uniforme verde olivo y la gorra militar de Fidel devinieron símbolo de esperanza y resistencia para los pueblos oprimidos del planeta. Bajo su liderazgo, el archipiélago enfrentó bloqueos, agresiones, campañas de desinformación, en pleno desafío al coloso del norte.
A su vez, edificó un país con una salud pública y una educación que resultan ejemplo para muchos, a pesar de las dificultades. Fidel consideró que su pueblo había ganado la batalla por obtener estos derechos fundamentales.
Tras 98 años de su nacimiento, Fidel inspira. Su amor por el pueblo, su firmeza ideológica y su espíritu revolucionario siguen guiando los pasos de aquellos que, como él, no se rinden ante las obstáculos. Fidel vive en el recuerdo colectivo, en la historia de la nación.
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