La Isla de Pinos en Fidel

Este pequeño terruño está fuertemente vinculado a Fidel, así lo ratifica el historiador, profesor y escritor pinero Julio César Sánchez. No solo por las más de cuarenta visitas que realizara después del triunfo revolucionario, sino antes, justo cuando se trazaba el camino hacia la libertad de Cuba.

Tras la gesta heroica que significó el asalto al cuartel Moncada fue condenado junto a unos veintinueve moncadistas en presidio modelo. Veintidós meses que describiría como una etapa dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento.

“Fidel es de esos que no para de nacer, que de alguna manera nos recuerda la imagen de Don Quijote: mi descanso el pelear. Por eso, Fidel sigue dando batalla todavía”.

A las cinco y treinta, desayuno. A las ocho, clases hasta las diez y media. Diez y cuarenta y cinco, almuerzo. Dos de la tarde, clases de nuevo hasta las tres. Recreo hasta las cuatro, cuatro y cuarenta y cinco comida. De siete a ocho y quince, clases de Economía Política y lectura en común; nueve y treinta de la noche, silencio.

Todas las mañanas de nueve y treinta a diez explica un día Filosofía y otro día Historia Universal, Historia de Cuba, Gramática, Aritmética, Geografía e Inglés son explicadas por otros compañeros.

“Isla de Pino presentó para Fidel y para aquellos hombres un momento de aprendizaje, de preparación, de estudio, fundan rápidamente la academia Abel Santa María, donde dan clases para preparar aquellos jóvenes, incluyendo clases de oratoria, tienen la biblioteca ‘Raúl Gómez García’.

Hay una especie de batalla silenciosa en el plano cultural, en el plano ideológico, él escribe cartas, documentos, redacta para ser publicada clandestinamente La historia me absolverá, documento valioso que es el programa de la revolución, para que todo el pueblo conozca cual es el programa de aquellos jóvenes, cuál era la tarea inmensa que se habían planteado y en las noches cuando estaba celda solitaria se le cuela un poco de lluvia por la ventana y lejos de taparse él trata de tapar los trescientos libros que ha podido atesorar, tal valor le daba a aquellas lecturas”.

“También en las noches, cuando conversaba con su hermano Raúl le hablaba de lo que haría cuando triunfara la revolución. Diga usted, estaba por llegar aquel momento y ya estaba soñando. De alguna manera, caen las palabras de Martí: lo imposible es posible, los locos somos cuerdos”.

Fidel solo estuvo seis semanas en La Habana, después el Granma, la Sierra Maestra y la victoria. “Hay una continuidad de lucha de aquellos hombres de batallas que habían quedado inconclusas, la prisión fecunda tiene justamente la fecundidad de preparar el territorio de nuevas batallas. Fueron aproximadamente dos años entre 1953 hasta el 15 de mayo de 1955. Apenas el mismo día que sale le hacen una entrevista en el hotel Isla de Pino y allí plantea Fidel la disposición de continuar la lucha hasta derrocar a Batista, hay una esperanza, un sueño, hay una inspiración de batalla continuada de alguna manera también hay un nexo, algo que une, que ata la quilla del pinero, de donde sale desde ese Río las casas, el 15 de mayo de 1955 cantando el himno de Bayamo y cantando el himno del 26 de julio”.

Publicado Por: Radio Rebelde

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