Sí, Martí nunca pasa, por eso hemos de volver siempre a su verbo luminoso. Una de sus condiciones emblemáticas es su condición para escrutar, para trascender las apariencias cuando el británico Oscar White visita los Estados Unidos, allí está el cubano para calibrar sus palabras. Es un elegante Apóstol lleno de fe en su propaganda.
Colaboración periodística: Reinaldo Cedeño
Like (0)