Multiplicando horror

Un empleado cubano de un establecimiento en Miami Beach, fue víctima de vejación por parte de una mujer que entre otras lindezas le dijo: “Vuelve a tu país”. “Ustedes los latinos, apestan. No los queremos aquí”. La muy…sajona, acompañó su ofensa elevando el dedo medio de la mano en lo que en España, por pudor o vergüenza, califican como peineta, y en otras latitudes implica recordar, y no con rosas, a la progenitora del ofendido.

El asunto se repite a diario y si bien no se conocen todos los hechos de agravio a extranjeros residentes y hasta contra los naturalizados, pero de habla hispana, y pese a tratarse de personas decentes, trabajadoras, que abonan impuestos como el que más, y respetan las leyes, crece la agresividad y el desprecio hacia ellos.

Ese rencor y rechazo étnicos está estimulado desde la presidencia  del país. Donald Trump afirma ser una paloma, pero actúa como una tiñosa. No es racista, afirma, mientras dice que los inmigrantes invaden, son violadores y criminales. Como si él no fuera un misógino promiscuo, y sus seguidores fueran seres impolutos.

Incidentes como el narrado y peores ocurren en gasolineras, restaurantes, supermercados, en plena calle. Ya se agrede incluso a turistas de paso, solo por su latinidad. Se niegan a prestarles un  servicio o mandan a callar a quien  se exprese en el idioma de Cervantes.

El asunto es más grave de cuanto se publica o pudiera recibirse de forma fragmentaria. De acuerdo con testimoniosdepersonas que vienen a visitar familiares se vieron forzados a sacar a sus niños de las escuelas durante cursos completos ante los abusos  sufridos, el daño que física o emocionalmente les provocan, o el peligro de ser iniciados en las drogas. Encima, se ven segregados en establecimientos y sitios públicos y en tal grado que algunos piensan que  el rechazo a los afronorteamericanos es hoy día, inferior al que despiertan los procedentes de América Latina.

Otro inquietante ángulo de este problema, es referido por importantes figuras del partido demócrata. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, le hizo  fuertes reclamos a la Casa Blanca para que la administración asuma regulaciones auténticas sobre la tenencia de armas y, de igual forma, contener a los desbocados supremacistas blancos.

Los recientes tiroteos en El Paso y Dayton, y el clima de intolerancia étnico imperante, provocaron, asimismo, que otro conocido senador estadounidense, Chuck Schumer, haya planteado al presidente que los cinco mil millones de dólares que pidió al congreso para construir el muro en la frontera con México, los invierta en la investigación y soluciones adecuadas para eliminar el terrorismo interno, expresado en posturas extremistas y facilitadas por la laxitud en la venta de armas.

Solo en lo que va de este año ocurrieron 250 tiroteos masivos en Estados Unidos. Los relacionados con ataques a extranjeros, fueron mayoría. Decía -y me gustaría repetir- que el primer culpable es quien instiga desde su alta posición y exacerba el racismo al tiempo que se niega a restringir  los medios de agresión. Estados Unidos tiene más armas que ciudadanos. Y eso es revelador. El asunto es viejo y se agrava porque implica ganancias para unos pocos.

Encima, la propaganda, incluso si solo se trata de reproducir cuanto dice Trump, resulta traumática para quienes se sienten calificados groseramente por el jefe de estado. En los menores sometidos, el efecto es siniestro. Ídem para quienes se educan como entes superiores entre adultos intransigentes o fanáticos deshumanizados, herederos de una cultura abusiva, que de ese modo se extiende y generaliza.

Todo este incremento de menoscabo y avería social, va acompañado de gestos igualmente agresivos hacia otras naciones. Eso también provoca falso sentido de superioridad y nacionalismo mal cultivado, cuando sería preferible y posible cultivar entendimiento y armonía.

Trump tiene orígenes alemanes y la mayor parte de la población norteamericana, por igual, procede de numerosos países. Esa multietnicidad y los aportes de las minorías, se ignora para colocar en el sitio de los entendimientos,  miedo, fobia, paranoico salvajismo.

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Publicado Por: Elsa Claro

Periodista, poeta, narradora de altos quilates, que ejerce el ejercicio del comentario de manera cotidiana y de una excelencia de referencia. Su obra poética ha sido reconocida por el poeta nacional Nicolás Guillén desde sus primeros títulos líricos. Actualmente, este Premio Nacional de Periodismo José Martí transmite sus trabajos periodísticos en el espacio En Vivo Directo. Correo: elsa.claro@icrt.cu

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