Orieta Cordeiro: Radio Progreso es uno de mis grandes amores

Conversar con la M.Sc. Orieta Cordeiro, profesora de la capitalina Universidad de las Artes (ISA), para evocar el centenario de la Radio Cubana y el aniversario 93 de la salida al aire de Radio Progreso, deviene un verdadero privilegio para cualquier profesional de la palabra escrita.

La también exvicepresidentre de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) es una de las figuras estelares de la radio insular; medio que, según ella misma expresara, «es uno de mis grandes amores».

La escritora, asesora y directora de espacios dramatizados (jubilada, pero no retirada), en la nonagenaria Emisora de la Familia Cubana, ha recibido innumerables reconocimientos por su consagración a la literatura y la radio caribeñas.  

Sin más preámbulo, dejemos que sea Orieta Cordeiro quien les relate a los lectores cómo ha discurrido su fecunda vida artístico-profesional (incluida la actividad docente-educativa), en la «Onda de la Alegría». 

¿Cuáles fueron los factores motivacionales que orientaron su vocación profesional hacia la literatura, y concretamente, hacia la radio, uno de los medios masivos de comunicación que llega a todos los rincones de nuestro archipiélago, y sin pedir permiso, entra a los hogares de millones de cubanos? 

Le digo que a la literatura me motivaron mis padres, quienes aunque no eran personas de un gran nivel educacional siempre fueron ávidos lectores; y a través del ejemplo, pude descubrir —desde que era una niña— una virtud que me ha acompañado siempre: el inmenso placer que la lectura proporciona a la mente y el alma. 

También influyó mucho en mí un primo muy querido, quien me enseñó que «la lectura inteligente constituye, en nuestro mundo, la clave de la cultura». 

Mi madre me compraba todas las obras literarias apropiadas para niños y adolescentes. Mi hábito de lectura se formó a través de los comics (muñequitos), primero los de los diarios de la época, sobre todo Informaciónque era el que se recibía en mi casa. Los domingos, por ejemplo, mi padre me leía los que salían periódicamente, después los que mi madre me compraba. 

Y, por último, las obras de Julio Verne, Emilio Salgari, Charles Dickens y Luisa María Alcot, entre otros. Todavía disfruto las páginas de Mujercitasy todas las demás de esa ilustre escritora estadounidense del siglo XX. 

Dicha obra, con todos mis recuerdos de la infancia y la adolescencia, la propuse para laNovela de las dos y la versionó magistralmente mi querida compañera y gran amiga, Ada Ramos, escritora muy versada en tratar temas juveniles. 

En cuanto a la radio, le cuento que no hubo ni motivos ni vocación; fueron circunstancias laborales y personales las que me llevaron a ese medio junto a mi colega y amiga Carmen Puga. Las dos habíamos egresado de la Universidad de Ciencias Pedagógicas «Enrique José Varona» en la especialidad de Historia, y alguien nos dijo que se necesitaban escritores para programas históricos. 

Nos fuimos a la redacción de educacionales del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), presentamos nuestras credenciales como graduadas de nivel superior de esa especialidad, y comenzamos a escribir para los espacios De mi Cuba te cuento y Después que llegó Colón

En breve tiempo, estábamos escribiendo para Así se forjó la Patria. Sí, entré en el ICRT, y desde entonces en Radio Progreso, donde me jubilé después de 40 años de ejercicio. 

¿Qué significó para usted haber integrado durante más de cuatro décadas la gran familia de la Onda de la Alegría? 

Radio Progreso es mi vida. Fue, es, una verdadera escuela, donde me develaron los «secretos» íntimos de la radio y su «magia», donde me enamoré dos veces y donde aprendí de todos para hacerme una profesional de la radio. Escribí, asesoré y dirigí obras que fueron mis «hijos», el lugar donde pude alcanzar la mayor satisfacción creativa. Ha sido el lugar donde he recibido el cariño de mis compañeros, así como el respeto de las distintas direcciones. 

Ha sido y seguirá siendo, porque voy a seguir escribiendo, aunque estoy jubilada como asesora; mi escuela, mi casa, mi centro de trabajo; el lugar donde entré con 22 años, y aún no he salido, y ya tengo más de 70.  El lugar donde amé, trabajé, enseñé y conocí a  personas maravillosas que han sido y son mis apreciados colegas y amigos del alma. 

¿Cómo concibe usted la actividad docente-educativa en el campo de las artes en general, y en el mundo de la radio en particular? 

En los estudios de grabación de la emisora, devenidos aulas universitarias, he podido impartir a mis discípulos del ISA los conocimientos conceptuales y teórico-metodológicos, así como la experiencia práctica, que he ido incorporando, poco a poco, a mi quehacer profesional durante tantos años, para que aprendan a distinguir, en ese medio masivo de comunicación, lo valioso de lo superficial, ya que, en la enseñanza artística se trata, además de transmitir conocimientos, de descubrir valores en quienes tenemos la sagrada misión de formar integralmente a nuestros estudiantes, no solo como buenos artistas, sino también como mejores seres humanos.  

De las muchas anécdotas, experiencias y vivencias registradas en su archivo mnémico, ¿podría narrar alguna que le haya dejado una huella indeleble en el baúl de los recuerdos? 

El primer amor que encontré laborando enRadio Progreso fue el de Abelardo Rodríguez, importante director de programas, que tuvo nuestra emisora durante 40 años […] hasta que se produjo su lamentable deceso. Él fue mi esposo, mi amigo, mi maestro y esa pérdida fue y es para mí irreparable. Nos enamoramos en una discusión de trabajo y estuvimos juntos hasta que falleció. 

Con el discurrir del tiempo, en la función que desempeñara como asesora traté de contratar a Héctor Armas Duque, talentoso escritor radial, cuyos servicios había prestado con gran éxito en Radio Liberación, y después, en Radio Arte

El propósito fundamental era que escribiera para La Novela de las dos; espacio que asesoré hasta que me jubilé. Nos casamos en el 2006. El trabajo también nos llevó al amor que disfrutamos […] y creo que disfrutaremos hasta que la muerte nos separe. 

Si a usted se le facilitara realizar un viaje virtual al pasado, ¿volvería a cultivar los géneros literarios en los que ha incursionado exitosamente en la radio cubana; y en consecuencia, decidiría incorporarse de nuevo a la Onda de la Alegría? 

Sin la menor duda. De ello, puede estar seguro. 

¿Algo que desee añadir para que no se le quede nada en el tintero?

Que los «pinos nuevos» no se crean que se las saben todas. Todos nos creímos eso cuando llegamos y cuántas «piedras» tuvimos en el camino por no escuchar a quienes tenían más conocimientos y experiencia. Que escuchen a los que les anteceden esa es la mejor lección, a mí me dio gran resultado, y en la radio se puede experimentar cualquier cosa, pero todo está inventado desde hace mucho tiempo.  A veces, sucede que la juventud y la energía vital que irradia hacen pensar a los noveles artistas y escritores que van a realizar algo distinto y ¡qué decepción cuando se encuentran que ya eso se hizo veinte años antes! El asunto es siempre superar con talento y creatividad lo que está hecho, y por consiguiente, no requiere ser re-descubierto. Esa es —en mi humilde opinión— la llave que abre la puerta del éxito.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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