Para el joven Jonathan “…enfermarse de la Covid-19, fue algo para no olvidar…”

Con beneplácito, los cubanos recibimos la noticia de la vacunación masiva en campaña, contra la COVID-19 en las edades pediátricas convirtiéndose así en el primer país del mundo en ejecutar esta importante acción de salud.

El ingente esfuerzo de las instituciones científicas y del ministerio de Salud Pública se ve coronado con el éxito para que los niños entre 2 y 18 años en el presente mes de septiembre sean inoculados con la primera dosis de Soberana 02 o con Abdala.

En el horizonte se perfila entonces un cerco inminente a la pandemia que  cohabita con nosotros desde hace dieciocho meses y que por fin podamos paso a paso volver a una nueva normalidad; pero antes que esto suceda la responsabilidad y el cuidado deben mantenerse como premisas, porque  las estadísticas que nos brinda cada mañana el doctor Francisco Durán reflejan que en los últimos 15 días precisamente ese grupo  poblacional experimenta una tasa alta de contagios.

La enfermedad deja secuelas e impresiona mucho, es para no olvidar, así lo testimonia el jovencito Jonathan Ibarra, estudiante del preuniversitario Cuqui Bosch, de  Santiago de Cuba.

“En la casa somos 4 personas y al enfermarnos mi mamá y yo, todo fue muy difícil, porque mi abuela tiene un solo riñón y mi tía estaba  recién operada de  las mamas… imagínate quién iba conmigo al ingreso, porque soy menor de edad y yo me sentía mal de verdad…”

“Te digo no fue solo el susto, sino que mi abuelita fue conmigo desde el policlínico hasta el hospital infantil, la ONDI y ella es vulnerable… fueron días inolvidables…  pero quiero que destaques ahí que no tengo quejas del personal de la salud, eran como un reloj con los medicamentos y ahí conmigo siempre también los muchachos, creo que trabajadores sociales”.

“Después que me dieron el alta, al otro día, mi abuela se me desmayó en la puerta de la casa y corrimos con ella para el policlínico, pero luego del estudio, ella dio negativo y entonces nos aliviamos todos…”

Durante la conversación, noté que movía el pomito con solución desinfectante que tenía entre las manos junto al teléfono móvil, a la vez que exhortaba a los niños y jóvenes a actuar con prudencia porque a veces –dijo-pensamos que no es con nosotros cuando en realidad esa enfermedad está ahí y no queda de otra que cuidarse incluso cuando estemos vacunados y comencemos las clases en las aulas.

Publicado Por: Laudelina Manzano Bell

Periodista de Radio Progreso, que atiende el equipo de redacción del horario despertino para la programación informativa de la emisora de la familia cubana

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