Lucía Alicia Pineda Cruz, decir su nombre encierra con justeza uno de los pilares de la Radio Cubana, y en especial, de Radio Progreso. Su historia llegó a este cronista desde mis comienzos en la emisora de la familia cubana hace más de una década donde ella había dejado una constelación de luz propia. Es que Alicia Pineda (6 de julio de 1939) fue eso: luz, o mejor dicho, una estrella en diferentes dimensiones radiales.
Hoy que la soberbia de la Covid-19 nos ha rebatado su presencia física no puedo dejar de expresar palabras de admiración a esta cubana que llenó de arte espacios tan singulares como La familia Pirulí, El cuento, El teatro, La novela cubana, Desde el Centro, por sólo citar algunos que me vienen a la mente. Fue una mujer radio. Su andar por los espacios sonoros lo mismo como actriz, que como asesora, o directora. Tuvo la impronta de los que saben hacer el bien con todos y para el bien de todos, con esa distinción que sólo los clementes seres humanos llevan en sí mismos con humildad.
En innumerables oportunidades la entrevisté para la revista dominical RP 105, de la programación informativa de la Onda de la Alegría, donde ella también impregnó talento; un ejemplo de ello es sin lugar a dudas su paso por el gigante informativo A Primera Hora.
Si los amigos de Radio Progreso le rendimos tributo, vale también destacar su condición de promotora cultural desde el corazón de la capital de todos los cubanos: Centro Habana, en irradió con su labor, profesionalismo.
Mucho se pudiera decir de esta mujer, madre, abuela. Mas, sus amigos entrañables de Radio Progreso me dieron sus testimonios.
Carmen Laura Marín Amaro.- Mi amor por la radio me lo inculcó Alicia Pineda. Sin ella, no sería lo que soy hoy en Radio Progreso. Gracias infinitas le doy a esta mujer maravillosa que para mi seguirá presente porque desde 1985 me abrió con sus consejos y aval artístico las puertas de la Onda de la Alegría. Recuerdo ahora lo primero que hice fue cuando todavía era profesora de literatura mi acercamiento al programa Nocturno, y la poesía. Después vino mi vinculo con el programa juvenil Radar, hasta que en 1989 comienzo como asesora en la emisora bajo su tutela. Si tuviera que resumir lo que significa para mí Alicia Pineda, diría con orgullo que se lo debo todo lo que sé y amo de la radio.
Justino Rodríguez Ramírez: Hablar de Alicia Pineda, es hablar de la típica cubana, por ser una persona amable, sincera, condiciones las cuales la llevaron a tener innumerables amistades que hacen en cada uno de nosotros un sentimiento de satisfacción. Asimismo, haber compartido con ella quien considero es ese ser humano inolvidable, y una persona que admiraba siempre el trabajo de los demás… Tuve la satisfacción de trabajar con ella en el programa A Primera Hora, revista informativa de Radio Progreso, bajo su dirección durante años, y en la Onda de la Alegría pienso que estará siempre presente en cada uno de sus compañeros por sus enseñanzas y participación en las tareas que le se asignaron y ella las llevó a con éxitos y premios.
Raquel Rosales.- En estos momentos si tuviera que definir la personalidad de Alicia Pineda afirmaría sin temor a equivocarme que fue una cubana, revolucionaria desde los pies a la cabeza, y fidelista en toda la extensión de la palabra. Alicia Pineda fue una mujer incansable, audaz, alegre, vital, y más que amiga fue una hermana. En el plano laboral se puede decir mucho pero lo esencial es que brilló como una creadora radial tanto en la programación juvenil, infantil que de adultos. Ella dejó en mí un amor hacia un espacio en la que ella fue fundadora: Desde el centro, programa que me hecho amar el valor y calidad de la clase trabajadora cubana.
Iván Pérez Ramírez, Premio Nacional de Radio, nos dejó su testimonio que sintetiza el sentir de muchos de la huella inmarcesible de Alicia Pineda. Honrar, honra.
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