Con esas puntuales palabras, comenzó este «encuentro formalmente informal» con el realizador y director Julio Simón Villazuso Oliva, quien jerarquiza ese popular espacio, que sale al aire en horario matutino por las ondas nacionales de Radio Progreso, la Onda de la Alegría, y que cuenta con una gran audiencia en nuestra geografía insular, así como en audio real por INTERNET.
Villazuso es licenciado en Dirección por la Facultad de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) de la Universidad de las Artes (ISA) de La Habana, y se desempeña, además, como director de varios espacios incluidos en la parrilla de programación de la Emisora de la Familia Cubana:
Este es nuestro José Martí, que escribía el multilaureado periodista, escritor, locutor y primerísimo actor, Julio Batista Delgado (1936-2023), Premio Nacional de Periodismo José Martí, y Premio Nacional de Radio, Un día en la historia, La ronda de los audaces (espacio infanto-juvenil), El tren de sábado y domingo, programa especial histórico, Curiosidades de la historia, la revista informativa A primera hora, y de forma esporádica, el noticiero vespertino En vivo y directo, así como dramatizados que transmite la Decana de las Emisoras Cubanas.
Por otra parte, es guionista de espacios dedicados a las artes escénicas (teatro y a la literatura (cuentos o relatos cortos).
De acuerdo con mi interlocutor, Por nuestros campos y ciudades «es un espacio estructurado de la siguiente forma: el dúo de presentadores (hombre y mujer) anuncian el tema que será objeto de análisis y discusión en ese contexto radiofónico, o en su lugar, comienza directamente con la escenificación o dramatización de la afección somática o neuropsíquica; punto focal o eje temático central acerca del que gira la acción dramática, así como la intervención del facultativo invitado (actor o actriz que desempeña el papel del galeno), quien hace una valoración científico-médica acerca de la afección física o mental que es objeto de estudio, así como las prescripciones facultativas para tratar eficazmente el trastorno o lesión que altera el equilibrio bio-psico-socio-cultural y espiritual en que se estructura la salud humana, y por ende, afecta la calidad de vida del paciente, así como el entorno donde el hombre genérico vive, ama, crea y sueña».
En dicho espacio, que lleva varias décadas en el aire y en audio real en INTERNET, Villazuso Oliva destaca el hecho de que el «especialista consultado hace énfasis en el carácter preventivo que tiene, actualmente, la medicina cubana, y en consecuencia, señala las vías idóneas para evitar –hasta donde sea posible- que se manifieste la enfermedad, cualquiera que sea, porque «para prevenir, hay primero que educar», como reza el proverbio médico helénico, y el enfoque preventivo-educativo es el que se debe priorizar en el ejercicio hipocrático que se materializa hoy en nuestro país».
Julio Simón Villazuso Oliva se despide de los lectores con una invitación «a escuchar el espacio Por nuestros campos y ciudades, para que aprendan a prevenir muchas de las afecciones que padece el soberano de la creación, y que son evitables, así como a tratarlas -si ya clínicamente se han evidenciado- desde el punto de vista científico-médico o con apoyo en los indiscutibles aportes terapéuticos de la medicina natural y tradicional (incluida la bioenergética)».
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