¿La guanábana contra el cáncer?

A ciencia cierta, nunca supe por qué a mis hermanos y a mí nuestros padres nos prohibían ingerir guanábana –ya de forma natural, ya en champola con leche y azúcar– cuando estábamos resfriados, con gripe o catarro. Según ellos, era una fruta demasiado fría para esos padecimientos.

Con el tiempo me interesé por la citada especie del mundo vegetal, y aunque nunca llegué a esclarecer la hipótesis de mis progenitores, sí obtuve conocimientos acerca de la planta, también denominada por los botánicos como la fruta del árbol de Graviola.

Por ejemplo, supe que pertenece a la familia de las Anonáceas –semejante a la chirimoya– y es oriunda de la selva peruana, cultivada también en la India, Filipinas, Australia, Hawai y en los países del trópico americano.

No obstante, otras bibliografías consultadas dan cuenta de que su origen es incierto. Las primeras crónicas la nombran en Puerto Rico, República Dominicana, Cuba y la zona del Caribe en general. Sin embargo, no pocos autores lo sitúan en Colombia, siendo este país el que posee un mayor número de variedades.

Por cierto, se cultiva hoy en día en torno al Caribe, de México a Perú, zonas de África como Guinea Ecuatorial. Introducido y cultivado también en muchos países tropicales y subtropicales, incluido China, Australia y Polinesia.

Conocí, además, que el zumo de la fruta madura es diurético; y tomado en ayunas ayuda en las dolencias hepáticas. El té de sus hojas posee propiedades antiespasmódicas, sedativas, antidiabéticas y actúan como vasodilatadores. Al pulverizar las semillas pueden utilizarse como repelentes de insectos y las hojas son usadas para erradicar los piojos de la cabeza.

Por otro lado, le consideran un agente antimicrobiano de ancho espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos; eficaz para combatir los parásitos internos y los gusanos. No faltan los que le atribuyen a la guanábana efecto regulador de la tensión arterial alta y ser, por demás, antidepresiva y combatir la tensión y los desórdenes nerviosos.

Para que vea, a contrapelo de lo sostenido por mis padres, las investigaciones revelan que partes de la planta ayudan a la prevención de gripes, y cuando ya se tiene la enfermedad contribuye a la recuperación de esta y descongestiona el pecho. Con tal fin basta con cocer tres hojas de guanábana y un puñado de sus flores y el té se toma endulzado con miel. Recuerden nunca endulcen un té con azúcar refinada, pues lo natural es lo mejor y más cuando se está enfermo, convaleciente o se padece de alguna enfermedad.

El fruto, cuando se consume en verde, resulta muy beneficioso contra la ictericia (coloración amarillenta de la piel, mucosas y conjuntivas oculares). Con ese fin, debe cortar la fruta cuando todavía no esta madura en tres trozos pequeños y quitarles las semillas. Pasar por una licuadora o batidora y posteriormente colarlo antes de su consumo.

Efecto anticancerígeno

Empero, lo sorprendente estuvo en encontrar innumerables trabajos publicados en la Internet sobre la efectividad de este alimento para eliminar células cancerosas. Alrededor de tales suposiciones han creado una especie de boom noticioso. Algunos revelan que pruebas de laboratorio corroboran sus efectos anticancerígenos en varias partes del árbol –raíz, hojas, pulpa y semillas– en doce tipos de tumores, incluyendo los del colon, páncreas, pulmones y el de próstata.

Los estudios apuntan a que contiene poderosos principios citostáticos, en especial debido a las acetogeninas que contienen la hoja de la Graviola, una suerte de sustancias cerosas que resultan de la combinación de ácidos grasos de cadena larga. Se hicieron exámenes comparativos in vitro y en vivo cotejando el efecto con la adriamicina (conocido quimioterápico).

Sobre lo anterior, pudo comprobarse, según esas pruebas, que es 10 mil veces mas potente, y que mata las células cancerígenas sin dañar las sanas como ocurre con la quimioterapia, terapéutica que por demás ocasiona nauseas, perdida de peso y del cabello, protege y eleva el sistema inmunológico.

Las hojas de la Annona muricata, por su nombre científico, también se pueden tomar licuadas. Se toman tres hojas con un vaso de agua se licuan y se cuela; esto también se debe de tomar en ayunas. Algunos indican que se debe empezar con una hoja licuada con una taza de agua, esto por una semana, y después ya de la forma descrita. Estos son tratamientos herbolarios y no son sustitutos de ningún medicamento o quimioterapia, pero tampoco se contraindican.

Las propias hojas se estiman que son buenísimas cuando se está enfermo de paperas, pero deben de suavizarse, ya sea hirviendo agua y metiéndolas un poco para poder ablandarlas o asándolas. Después de esto se ponen en las paperas con la ayuda de un paño; ese proceder ayudara a desinflamarlas.

Hay quienes revelan el “secreto de bien guardado” por intereses económicos por parte de transnacionales dedicadas a la fabricación de medicamentos, por no encontrar la forma de sintetizar este fruto de la Naturaleza y poder sacarle utilidades fabulosas.

Sin embargo, en lo que sí todos los botánicos e investigadores coinciden es en que el fruto de la guanábana posee vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales, muy importantes para la salud.

Según los estudios, cada 100 gramos la guanábana aporta: 1 gr. de proteína; 0.95 de grasas; 16.5 de carbohidratos; 3.2 de fibra; 58 de cenizas; 10.3 mg de calcio; 26.9 mg de fósforo; 270 mg de potasio; 0.64 mg de hierro; 2 IU de Vitamina A; 28.5 mg de Vitamina C; 0.10 mg de tiamina; 0.06 mg de riboflavina; 1.3 mg de niacina; 11 mg de triptofáno; 8 mg de metionina y 60 mg de lisina. Además, posee un gran contenido de agua, por lo que esta cantidad representa un aporte de sólo 65 calorías.

Texto: Armando Sáez Chávez