El 19 de marzo de 1856, nació José Vivanco Sánchez Hecheverría, en Santiago de Cuba. Tal vez el nombre no les resulte familiar, pero si aclaro que al crecer fue conocido como Pepe Sánchez, de inmediato reconocerán al trovador, compositor y guitarrista cubano.
Desconocedor de la técnica musical dictaba sus melodías, así compuso muchos himnos, guarachas, boleros y sones, fundó y dirigió coros, concibió obras de teatro y de orquestas de baile y hasta dio lecciones a Sindo Garay, Emiliano Blez y Miguel Matamoros, quien lo calificara como el maestro, trovador de los trovadores.
Pepe Sánchez realizó una peña en su casa donde también conspiraba contra el yugo del coloniaje español. Sus ideas patrióticas lo vincularon A Antonio Maceo, Quintín Banderas y Guillermón Moncada, mambises de la Guerra de Independencia.
Considerado el padre de nuestra trova, fue catalogado por músicos de la talla de Jorge Anckermann y Gonzalo Roig, como el precursor del bolero cubano al componer en 1895 el primer tema de este género que tituló “Tristezas”. Es indiscutible la trascendencia que tuvo y tiene la obra de Pepe Sánchez en el espectro musical dentro y fuera de Cuba, por lo que, en su honor, cada año, alrededor de su fecha natal, se celebra en tierra santiaguera el Festival de la Trova que inmortaliza su nombre.
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