Lizette Vila: el audiovisual es un arma estético-artística eficaz contra la violencia machista y patriarcal

Dialogar con la realizadora y promotora cultural Lizette Vila Espina, expresidenta de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), deviene motivo de inmenso placer para cualquier profesional de la prensa que ejerza el periodismo cultural, ya que la ilustre intelectual cubana es una excelente comunicadora.

Mi interlocutora es documentalista de cine, televisión y vídeo, asesora musical y directora general de programas de televisión. Ha sido guionista y directora de más de 40 documentales, donde se desarrollan temas eminentemente humanísticos.

Ha trabajado en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), estudios cinematográficos de TRIMAGEN, estudios cinematográficos de la Televisión Cubana, estudios cinematográficos del Ministerio de Educación, estudios cinematográficos del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); profesora fundadora de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y directora del Proyecto Cultural «Palomas» (ICAIC).

Ha recibido más de cincuenta premios nacionales e internacionales.

¿Por qué la creación audiovisual, y concretamente, el documental, para tratar —desde una óptica estético-artística por excelencia— el candente tema de la violencia machista y patriarcal en la mayor isla de las Antillas?

La creación audiovisual nos ha permitido realizar un activismo profundo en todo el país y ser un observatorio social activo. Por otro lado, escogimos el género documental, no solo porque ha sido mi elección personal como creadora, sino también porque pensamos que es el escenario idóneo, donde podemos mostrar las diversas y múltiples realidades de la sociedad cubana, específicamente de las mujeres y los hombres.

El documental tiene una fuerza que se expresa desde las propias realidades y convoca a esa conciencia emotiva. Es, además, el escenario para la denuncia de violencias machistas y patriarcales. Ese camino se forjó a partir de una visión interdisciplinaria, holística y multidimensional de las violencias machistas y patriarcales. A partir de los hallazgos de investigaciones con sentido antropogénico y etnográfico, hemos contado esas historias de vida, las cuales hemos validado sobre la base de evidencias […].

Al principio no se trabajaba con esa conciencia, pero hoy vamos configurando nuestro discurso con el apoyo de las ciencias psicológicas, sociales, económicas, políticas, de la salud, y otras disciplinas.

La obra de «Palomas» se ha formado a partir de testimonios aportados por las personas, mayoritariamente mujeres. Ellas venían a denunciar, a pedir compañía, a ser escuchadas, y a partir de ahí, empezamos a delinear los temas y diseñar una arquitectura comunicacional.

Las historias de vida son irrenunciables para poder estructurar un discurso de vindicaciones y reivindicaciones, pero además de denuncias, reclamos, demandas y reparación de daños físicos, psíquicos y espirituales ocasionados por la violencia machista y patriarcal.

El acompañamiento a personas sobrevivientes también nos permitió mostrar todos esos reclamos y sus rostros, porque les otorga mucha fortaleza a los mensajes.

¿Desde que posiciones ideo-estéticas llevan a la pantalla grande las denuncias contra la violencia machista y patriarcal; flagelo que aún subsiste en nuestra sociedad, no obstante los innegables avances logrados en ese campo?

Nosotros llevamos a la pantalla grande las denuncias contra esa ignominia desde posiciones feministas por excelencia, en las que están implícitas nuestras ideas y sentimientos, simbolizados —básicamente— en ese grito de vida, en ese aliento vital.

Los recursos estéticos y personales proceden de mis propias vivencias y sobrevivencias a diferentes tipos de violencia: desde ese acoso por ser feminista desde los años ochenta de la pasada centuria, desde la descalificación de la promoción al lenguaje de género y de esa violencia estructural que sufrí y empecé a entender poco a poco, «como llega cojeando la verdad de la mano del tiempo», al decir del pensador heleno Annon. Por esa razón, «Palomas» promueve el concepto y la manera de vivir desde la resiliencia.

Creo que esos recursos personales me dieron fortaleza, al igual que a todo el equipo. Tenemos la conciencia, la responsabilidad y el compromiso sin límites de divulgar esas denuncias con el propósito de llegar a las instituciones, a los espacios de dirección y a las políticas públicas. Hemos adoptado con mucho fervor el problema de las desigualdades, mucho más a partir de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Coronavirus-COVID-19.

 Queremos hacer un aporte al Proyecto Nación, aunque sea pequeño, del sentido de civilidad en que se sustenta «Palomas».

Si bien no me gusta dar fórmulas, estimo —y también el equipo creativo de producción— que el documental que desarrolla el tema de la violencia debe tener un sentido de vida, de fuerza humana a la hora de expresar con claridad,   emoción y responsabilidad las denuncias formuladas por las protagonistas.

Creemos también que, desde ese consentimiento informado que dan las personas entrevistadas, mostrar sus rostros da mucha fuerza. Si no denunciamos claramente, si no expresamos nuestro dolor, el deseo del derecho humano de alcanzar una vida digna, no hay ni puede haber fortaleza en el discurso comunicacional.

La violencia machista y patriarcal a veces es muy sutil, a veces es expresa, pero no se manifiesta de la misma forma en cada protagonista. Le damos a todo tipo de violencia el mismo carácter de desigualdad, de crueldad y respetamos el derecho de esas personas de expresarse desde sus experiencias de vida.

Pensamos que nuestra narración, a partir de ese discurso feminista, le da una consolidación a toda la obra, porque las personas se expresan desde su voz y experiencia, pero no todas conocen el alcance y la connotación de esas desigualdades de género. Nuestro principio es que si bien el género es una categoría política, también es una categoría concreta; es decir, tiene una significación diferente en la vida de las personas.

Tratamos —por todos los medios a nuestro alcance— que las personas entrevistadas no basen sus respuestas en un cuestionario de preguntas; es una modulación dialogante, eso les confiere mucha más serenidad y confianza. En la entrevista va fuerza y sentimiento. Cuando hablo de fuerza, me refiero a esa fortaleza que significa contar lo que les ocurre, como una forma de terapia personal, de catarsis (desahogo emocional), y que se convierte en aporte a otras personas, quienes  —quizá— siguen viviendo con dificultades y conflictos muy parecidos. De hecho, la mayoría de las entrevistadas y los entrevistados se han convertido en lideresas y líderes en sus respectivas comunidades.

Por otra parte, los recursos profesionales incluyen las imágenes y las bandas sonoras que, para mí, tienen un efecto muy especial por mi formación musical. Tenemos en cuenta también las presentaciones, crear esa atmosfera en la que se mezclan exposiciones de las artes plásticas, la música, la participación de artistas que gozan de gran aceptación y cariño por parte del público. Todo eso refuerza nuestra estrategia comunicacional, ya que no se trata de ir a un cine fríamente a ver algo.

¿Algo que desee añadir para que no se le quede nada en el tintero?

Lo más difícil, y lo seguirá siendo, es escoger las historias de vida y los personajes, que son muchísimos. Alguien me preguntó si «Palomas» iba a seguir realizando las obras audiovisuales de esa manera, desde la denuncia, la reparación. Y yo le respondí que ojalá no siguiéramos realizando ese tipo de obra, pero mientras exista dolor y necesidad de reparación va a seguir existiendo el trabajo de «Palomas». Para el equipo, es doloroso escoger los temas, crea dudas y conflictos existenciales, pero le aseguro que el audiovisual es un arma estético-artística eficaz contra la violencia machista y patriarcal.

Publicado Por: Jesús Dueñas Becerra

Jesús Dueñas Becerra. Ejerce como colaborador la crítica artístico-literaria y el periodismo cultural en varios medios nacionales de prensa, en especial, en la emisora de la familia cubana: Radio Progreso. Su actividad fundamental es la crítica de danza y cinematográfica, así como las artes escénicas y las artes plásticas.

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