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Este 7 de abril, cuando se cumple el aniversario 93 del natalicio de Vilma Espín Guillois, la inolvidable guerrillera de la Sierra y el Llano, su imagen como estandarte de la mujer cubana está presente en toda Cuba. Brilla.
Recordarla hoy es deber: admiración. Como centella de lo divino regresan a la mente su participación, siempre heroica, en la lucha tanto en el llano como en la Sierra, su especial vínculo con el líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz, los lazos de amor y de ideales compartidos con su compañero de lucha y vida: Raúl Castro, y su incesante actividad al frente de la Federación de Mujeres Cubanas, con su papel como dirigente de vanguardia.
Toman fuerza además su rol desempeñado en el Partido Comunista de Cuba, y como miembro de su Comité Central y de su Buró Político, donde dejó profundas huellas.
Entre las más importantes accciones y responsabilidades que desempeñó durante su fructífera vida revolucionaria estuvieron el de ser diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y Presidenta de su Comisión de Atención a la Infancia, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer; así como integrante del Consejo de Estado; su labor no fue menor al frente de la Comisión de Prevención y Atención Social y del Centro Nacional de Educación Sexual.
Decir el nombre de Vilma, es reflejar amor. Amor al pueblo, amor a la Patria, amor a la vida.
Su visión de la vida la tuvo desde su formación familiar en su natal Santiago de Cuba, con radical raíz martiana; de ahí su forma de pensar y actuar, su afán de saber, su apego a las artes, al ballet, al deporte, a la música, sus ansias de leer, de investigar, su compromiso político. Nada le fue ajeno.
El privilegio de ser cubana, la honró siempre. Ser cubana para ella fue tener el derecho de la libertad plena, de hacer Revolución desde la Revolución. Dignidad y coraje juntos.
En el día de su nacimiento, las palabras de José Ramón Machado Ventura, reafirman el sentir de los cubanos: “Vilma vivirá entre nosotros con esa imagen natural, que revelaba confianza y optimismo en la Revolución y en el porvenir luminoso de la Patria”.
